Crónica Festival de Sitges 2018 día 5


Estamos en el ecuador del Festival aunque esto no os acabe de decir nada. Nos queda por delante un largo camino que esperamos poder cumplir con holgura. Ignoramos si esto se lo lee alguien. Si es así haced alguna señal.

Empezamos el día con un film que ha levantado gran expectación como es la última de Lars von Trier: The House that Jack Built. Se basa en la historia creada por Henle Jallund y con el screenplay a cargo del director de origen danés. Hay muchos materiales que se pueden usar para construir una casa, madera, ladrillo, hormigón y alguno que otro que en este momento no podemos mencionar. Resaltar que en los folletos que anuncian la programación, se ha introducido la coletilla que podía herir la sensibilidad de los espectadores. Nosotros, ya un poco avezados en el asunto, podemos decir que tampoco es para tanto, aunque en la proyección a la que hemos podido asistir, bastante personal abandonó la sala conforme avanzaban los minutos. Estamos ante otra de serial killers con la particularidad del toque personal de von Trier. A efectos del cine de género, esto último puede llegar a ser algo negativo pero no os preocupéis, tiene todos los ingredientes para enganchar a los adictos al terror. En el elenco tenemos a un espectacular Matt Dillon (Crash, Wild Things), secundado por Bruno Ganz (El Hundimiento, Unknow), Uma Thurman (Pulp Fiction, Kill Bill) y Riley Keough (The Good Doctor, Mad Max: Fury Road). Jack es un ingeniero que planifica sin cesar la construcción de su casa. Por el camino, y durante doce años, se dedica a pasar cuentas con todo el que se le pone por delante, convirtiéndose en un súper inteligente y ácido serial killer.

De cara a desintoxicarnos un poco de tanta depravación cinematográfica, y con muchas ganas de pisar el continente asiático nos disponemos a ver un film procedente de Corea del Sur, Gongjak (The Spy Gone Norht) de Yoon Jong-Bin, también encargado del guion. En la carrera del director coreano tenemos Nameless Ganster y The Unforgiven, grandes credenciales de un cineasta que no tiene ningún miramiento a la hora de explicarnos historias de todo tipo. En esta ocasión se atreve con la siempre explosiva relación entre las dos Coreas, recreando personajes que por ponerles un pero, los hace demasiado simpáticos cuando en realidad son auténticos dictadores. La trama es bastante espesa lo que nos ha obligado a estar más atentos de lo habitual, cosa ya bastante normal en las producciones provenientes de un país que ha aportado mucho al mundo del cine. En el elenco contamos con la presencia de un gran Jung-min Hwang (The Wailing, Nameless Ganster), Sung-min Lee, Jin-Woong Cho y Ji-Hoon Ju. A mitad de los noventa, un leal agente secreto surcoreano se ve atrapado en una vorágine política tramada por las clases dominantes de las dos Coreas.

Sin abandonar del todo Asia, le toca esta vez a la India con el film Tumbbad de los directores Rahi Anil Barve y Adesh Prasad, ayudados en el guion por Anand Gandhi y Mitesh Shah. Sorpresa cinematográfica a la que hemos podido asistir. No podemos llegar a clasificarla totalmente como una película de aventuras, pero introduce muchos de sus alicientes que hacen que su visionado se torne sumamente agradable, sin renunciar a una potente, tenebrosa y original historia basada en una especie de cuento que relata fielmente algo inherente al ser humano: la codicia. Magnífico trabajo de los debutantes Rahi Anil Barve y Adesh Prasad que se dejan ir para mostrarnos algo rodado de manera firme y convincente, a pesar de su separación con la realidad. Pero ¿a quién le importa?, lo que interesa es pasárselo bien y degustar de una cinta que no se pone ningún corsé. Todo va fluyendo de manera natural, con un gran ritmo y con unos personajes que bien podrían haber formado parte del elenco de cualquier film que tuviera a Indiana Jones como protagonista. Pero no os asustéis, introduce elementos fantásticos y algún toque de terror que hará las delicias de todo aquel que plantado delante de la pantalla adore dejarse llevar por una historia mágica muy bien explicada. Otro punto interesante es que su ubicación temporal, transcurre entre la dominación británica y la declaración de independencia de la India en 1947, arrancando la historia en las postrimerías del siglo XIX mostrándonos todo el recorrido vital de Vinayak, su protagonista. En las interpretaciones tenemos a Sohum Shah en un trabajo notable puesto que dota a su personaje de un aire cínico totalmente adecuado a lo que estamos viendo. Del resto destacar a Mohd Samad y Deepak Damle. En las afueras de una decrepita aldea llamada Tumbbad vive Vinayak, hijo bastardo del señor de la aldea. Se obsesiona con la idea que ronda la comunidad de la existencia un tesoro escondido. Sospecha que su bisabuela, una bruja que duerme durante siglos, conoce el secreto. En su enfrentamiento con ella descubre al guardián del tesoro, un malvado dios caído. Lo que comienza con unas pocas monedas de oro acaba convirtiéndose en un imprudente e inagotable deseo que dura décadas. La codicia de Vinayak lo hará descubrir algo mucho más valioso que el propio tesoro.

Por primera vez en el día de hoy toca ir a Estados Unidos para asistir a la proyección de Animal de Brett Simons. Estrenada en Estados Unidos el 17 de junio y con Drew Barrymore como productora ejecutiva, Animal intenta rememorar los slashers de criaturas monstruosas tan habituales en los ochenta. El director ya realizó con anterioridad el largometraje Husk (2011), obteniendo buena acogida por parte de público y crítica. El guion llevado a cabo por Thommy Hutson y Catherine Trillo, sigue paso a paso la premisa del género. Los personajes resultan un tanto vacíos y no consiguen conectar con el espectador. También los diálogos brillan por su falta de originalidad, largos minutos de metraje transcurren entre inertes conversaciones que no conducen a ningún lugar, con el simple y evidente objetivo de alcanzar una duración determinada. En el apartado técnico cabe destacar una correcta labor de maquillaje, a la antigua usanza, que no desmerece en absoluto. El bajo presupuesto queda, en este caso, bien aprovechado y podemos observar a la grotesca entidad sin el peligro de un ataque de risa por parte del público. Por otra parte, es destacable también el trabajo en la banda sonora firmada por Tomandandy, compositor de metrajes tan destacados como Parking 2 o Citadel. Gracias a este, se logra crear ese ambiente plomizo y siniestro tan deseable para este tipo de producciones. Joey Lauren Adams, Elizabeth Gilles, Paul Iacono o Keke Palmer son parte de un elenco bien nutrido y experimentado. Realizan su cometido con corrección. Un grupo de amigos va a pasar unos días de vacaciones al bosque. En su camino se encuentran con una especie de depredador salvaje que tiene la firme intención de darse un festín con ellos. En su alocada huida se topan de casualidad, con una solitaria casa que deberán defender a costa de sus propias vidas.

Para finalizar el día vamos con una coproducción Francia, México y Suiza. Estamos hablando de Knife for Heart (Un Couteau Dans le Coeur) de Yann González, ayudado en el guion por Cristiano Mangione. El realizador de Niza firma su segundo largometraje, cinco años después de su anterior producción. Estamos ante otra de serial killers, aunque esta vez tamizada con algo de drama. Ideal para los incondicionales de este tipo de cintas. Se presta especial atención a la iluminación, la composición y el sonido. El título hace alusión a las pasiones extremas, tanto en la variante romántica como en la homicida en ebullición durante el verano de 1979. El asesino usa alternativamente un switchblade dildo y una baqueta de garganta profunda, lo que da una idea de lo que ronda por su perversa mente. En las interpretaciones nos encontramos con Vanessa Paradis (Los Seductores), Kate Moran (Planetarium), Nicolas Maury (Paris, je t’aime) y Noé Hernández (Inquilinos). En el París de la década de 1970, Anne es una productora de películas pornográficas de éxito. Sus películas se producen en cadena, su talento es probado y reconocido, y su vida profesional no tiene sombras. Su vida privada es más complicada. Para recuperar a su compañera Lois, Anne decide avanzar hacia proyectos menos escandalosos y más ambiciosos. Deseosa de cambiar el registro sin abandonar el mundo de la producción, confía la realización de su próxima película al joven Archibald. Pero la tragedia da en la puerta cuando un misterioso asesino en serie viene a buscar la vida de todos los actores involucrados en este proyecto.


Con la imagen todavía muy presente de ayer, cuando a la salida de la proyección mí querida pareja se me quedó mirando, me entra la necesidad de algo de soledad. Es noche cerrada. Las calles están prácticamente desiertas en esta parte de la ciudad. Solo cuatro coches mal aparcados con sendas multas en el parabrisas. En uno de ellos, ¡que sorpresa!, se encuentran mis ya amigos que mantienen una acalorada discusión. Me pongo a buen recaudo escuchando todo lo que dicen.
  • ¡No me tienes que decir lo que tengo que hacer!, ya soy mayorcita ¿de acuerdo? – dice la chica.
  • Eres mayorcita para lo que quieres. ¿Por qué mirabas tanto a ese chico? – contesta el hombre. Ignoro si se refiere a mí.
  • ¡Coño!, es mi peluquero, bien lo tengo que mirar ¿no te parece? – la duda se desvanece ya que por suerte o por desgracia no soy peluquero.
  • No hace falta que vayas a su peluquería, para mí ya estás perfecta.
  • No me gusta que estés siempre detrás de mí. ¡Me pones nerviosa!
Intento mirar lo que sucede ya que durante unos segundos bastante largos se hace un profundo silencio solo roto por unos ruidos, cómo una especie de chasquidos, acompañados de, creo entender, unos gritos ahogados. La curiosidad puede más que mi prudencia y me alzo para observar. Dentro del vehículo solo se ve la cabeza del hombre con cara de pocos amigos, de la mujer ni rastro. De golpe enciende el motor y sale pitando.


Hemos acabado por hoy. Supongo que os estaréis preguntando como podemos sobrevivir a todo esto, muy fácil, le echamos ganas y mucha ilusión.