Blackwood review


Kit, es una adolescente con problemas de actitud. Su madre, harta de su comportamiento la inscribe en un muy exclusivo internado. Ahí conoce a otras cuatro chicas con sus mismos problemas. Madame Duret las motiva para, ayudándose de los estudios, sacar lo mejor de si mismas y así ocurre al principio. Pero Kit sabe que hay algo raro en la velocidad de aprendizaje que están teniendo.

Título original: Down a Dark Hall

Año: 2018

Duración: 96 min.

País: Estados Unidos

Director: Rodrigo Cortés

Guion: Mike Goldbach, Chris Sparling, Lois Duncan

Música: Victor Reyes

Fotografía: Jarin Blaschke

Reparto: AnnaSophia Robb, Uma Thurmna, Isabelle Fuhrman, Noah Silver, Rebeca Front, Rosie Day, Kirsty Mitchell, Taylor Russell, Victoria Moroles, Ramiro Blas


Buena dirección, pero falla casi todo lo demás.

Llega a nuestras pantallas la última película del director gallego Rodrigo Cortés, quien en su cuarto largometraje se le empieza a ver un auténtico potencial para películas de gran presupuesto con producción americana. El que empezaba con una cinta de crítica social como era Concursante (2007), mostrara al gran público una película que a grandes rasgos era más experimental que otra cosa como Buried (2010) y que supiera manejar a un reparto repleto de estrellas en Luces Rojas (2012), hace ver en perspectiva que este director está a una sola película de dar el campanazo. ¿Esa película es Blackwood? Yo creo que no.


Kit, es una adolescente con problemas de actitud. Su madre, harta de su comportamiento la inscribe en un muy exclusivo internado. Ahí conoce a otras cuatro chicas con sus mismos problemas. Madame Duret las motiva para, ayudándose de los estudios, sacar lo mejor de si mismas y así ocurre al principio. Pero Kit sabe que hay algo raro en la velocidad de aprendizaje que están teniendo.

La cinta, que es una adaptación de una novela de Lois Duncan, nos cuenta bajo una atmósfera gótica y oscura, y bajo un argumento de terror, la excesiva presión que se le ejerce a los jóvenes para ser siempre los mejores en su campo. La película pasa de puntillas sobre este tema, pero me parecía muy interesante los trabajos forzados que tienen que hacer las chicas 24 horas al día para mejorar sus habilidades, y cómo son rápidamente descartadas si no cumplen las expectativas que se les han impuesto. En cambio en Blackwood, tenemos una historia de pseudo-fantasmas bastante insípida e impersonal que no logra enganchar al espectador. Además el argumento pierde cualquier interés que el espectador pueda tener cuando se resuelve todo enigma y ves como, a parte de que nada tiene demasiado sentido es bastante estúpido.

Pero donde más duele es en el trabajo de Rodrigo Cortés, y es que es su trabajo el que logra salvar la película del desastre, su trabajo sobrio y elegante encaja perfectamente con la atmósfera y la fotografía (gran trabajo de Jarin Blaschke) pero todo se viene abajo con los malditos jump scares, ese recurso tan fácil como gratuito que las películas de terror mainstream de los últimos cinco años me han hecho odiarlos de manera visceral. En Blackwood hay un buen número de ellos, y aunque no es tan escandaloso como en otras cintas, se las podrían haber ahorrado todas ellas por innecesarias. Donde tampoco me gustó la dirección es en su último cuarto, una vez ya no hay misterio en el argumento la película se torna demasiado imprecisa, la cámara va de un lado para otro, ocurren demasiadas cosas en muy poco tiempo y su final, bastante ridículo, no deja un buen sabor de boca al espectador. Tal vez si durante la cinta nos se hubiera preocupado de que nos importen mínimamente los personajes, no sería necesario tanto fuego artificial para captar la atención.


En el reparto destaca la ya veterana Uma Thurman (Kill Bill, Pulp Fiction) con un peculiar acento francés que, una vez vista la cinta todavía no sé si quedó auténtico o ridículo. Buen trabajo de su protagonista AnnaSophia Robb (Charlie y la fábrica de chocolate), el único personaje que, con un poco de esfuerzo, puede llegar a interesar.

La cinta tiene algunos aciertos, como decía, su dirección en los tres primeros cuartos de la cinta son para destacar, y celebro el nulo problema en matar a personajes que en otras películas sobrevivirían, pero es una cinta que no destaca por mucho más, no tiene mucho que resaltar ni ofrece una mirada original a nada. Tal vez tengamos la edad equivocada.

Firma: Oriol Hernández.