The Cloverfield Paradox review


Título original: The Cloverfield Paradox

Año: 2018

Duración: 102 min.

País: Estados Unidos

Director: Julius Onah

Guion: Oren Uziel

Música: Bear McCreary

Fotografía: Daniel Mindel

Reparto: Gugu Mbatha-Raw, David Oyelowo, Daniel Brühl, Elizabeth Debicki, Zhang Ziyi, Chris O'Dowd, John Ortiz, Aksel Hennie, Roger Davies


La nueva locura Cloverfield.

Cloverfield es una saga que siempre nos sorprenderá, la primera del 2008 vino acompañada de una promoción viral (cuando aún no existía lo viral) creando una expectativa desmesurada que luego no se vio saciada con la película en sí, pese a que tiene su punto. Años más tarde, en 2016, apareció una nueva entrega, Calle Cloverfield 10, dándola a conocer tan solo un par de meses antes de su estreno formando así una saga antológica. Pero con esta han rizado el rizo, el día que anunciaron que saldría el trailer de la nueva en realidad era cuando saldría la película en Netflix. Así, sin avisar de repente apareció. Y estemos en guardia porque hay rumores de que una hipotética cuarta parte ya está completamente realizada y podría aparecer en cualquier momento. Como campaña de marketing es tan brillante como audaz.


En un futuro cercano, a la Tierra le empiezan a escasear los recursos además de estar ahogada en guerras entre naciones. La última oportunidad para la humanidad es enviar a un equipo de científicos a la estratosfera para activar un gigantesco artefacto que puede suponer la salvación. Pero tras el fracaso de la misión acaban perdidos en medio del espacio... pero eso no es lo peor.

Como buena antología que se precie, cada nueva entrega cuenta una historia distinta sin dejar demasiado claro si o en qué modo están relacionadas. Podemos decir que The Cloverfield Paradox es la cinta que ensambla todas las entregas y le da un toque “coherente” (importantes las comillas) que dan al espectador los datos para entender a qué venían las entregas anteriores. Con unos parámetros parecidos a los de la entrega anterior, unos personajes atrapados en un lugar, esta cinta va un paso más allá mostrando un objetivo común, una meta muy definida aunque envueltos en una situación cada vez más caótica por lo extraño y loco que se va volviendo todo. Aun así, la cinta no deja de sorprender al espectador por su originalidad aunque en algunos momentos, sobre todo las escenas que ocurren en la Tierra, frenan mucho el ritmo de la cinta.

Dirige la cinta el desconocido Julius Onah quien homenajea sin pudor a Alien, el octavo pasajero (1979), y aunque la cinta se aguanta sobretodo en su guion, a cargo de Oren Uziel hemos de preguntarnos cuánta mano ha echado J.J. Abrams en el resultado final, pues es el productor y el cabeza pensante detrás de toda la saga. Un reparto bien seleccionado, aunque algunos personajes son más flojos que otros. Empezando por su protagonista Gugu Mbatha-Raw (El caso Sloane, Black Mirror: San Junipero) con un personaje algo desdibujado, es quien aporta la trama más personal y no acaba de encajar correctamente con el gigantesco problema que tienen entre manos. El comandante interpretado por David Oyelowo (Interestellar, El origen del planeta de los simios) es un personaje con nulo desarrollo y actitud poco definida. Los personajes más interesantes son los de Daniel Brühl (Eva, Malditos Bastardos) aunque debería ir con cuidado para no acabar encasillándose y Chris O'Dowd (The IT Crowd, Radio Encubierta) quien da el toque cómico a la película y es protagonista de una de las escenas más memorables.


Una cinta sorprendente desde el primer momento, hay que entrar en el juego que propone, pues estamos hablando de ciencia ficción lo que evidentemente, toda lógica en la que se apoya el argumento sería imposible en la vida real. La cinta es divertida y emocionante y ofrece 100 minutos de entretenidas paradojas al espectador.

Firma: Oriol Hernández.