El bosque de los suicidios review


Título original: The Forest

Año: 2016

Duración: 93 min.

País: Estados Unidos

Director: Jason Zada

Guión: Nick Antosca, Sarah Cornwell, Ben Ketai

Música: Bear McCreary

Fotografía: Mattias Troelstrup

Reparto: Natalie Dormer, Taylor Kinney, Yukiyoshi Ozawa, Eoin Macken, Rina Takasaki, Kikuo Ichikawa, Noriko Sakura, Yûho Yamashita, Stephanie Vogt, James Owen, Nadja Mazalica, Terry Diab


Una más de sustos sin parar.

Así es lectores, estamos como todos sabréis en la era digital, y esta película no es diferente a la que visteis la semana pasada en taquilla, ni de la que veréis la semana siguiente. Es una de esas películas que dependiendo del tipo de público que seáis, os entretendrá e incluso sobresaltará mientras comes palomitas u os aborrecerá, pero en común ambos consumidores de cine, meteréis en el mismo cajón de los olvidos, o confundiréis a susodicho film el nombre con otra producción de índole bien similar al contarle a alguien que se interese por que habéis visto últimamente.

Empezando a hablar de la película y siendo positivo, la nota más destacable es que esta sea la ópera prima de un director, Jason Zada, está bien rodada y detalle no le falta, no busquéis fallos técnicos como tal porque será querer rizar el rizo a un trabajo bien hecho. Obviamente el film es lo que es gracias a un equipazo técnico y un presupuesto de unos diez millones de dólares, eso lo hace todo más fácil ¿no creéis?

El bosque de los suicidios, es un film rodado en Japón con protagonistas americanos, nos cuenta la historia de una chica que se ha adentrado en el conocido bosque de Aokigahara, (conocido como mar de árboles de 35 kilómetros de extensión a la base del monte Fuji y famoso por las historias de demonios de la mitología japonesa y el número de suicidios desde tiempos inmemoriales allí sucedidos), su hermana gemela tratará de encontrarla penetrando en el tupido bosque a sabiendas de lo que allí se pueda encontrar.

La historia está conducida por la conocida actriz de Juego de Tronos, Natalie Dormer y el actor Taylor Kinney, aunque siendo justo diré que quienes más destacan en la película son esos actores y actrices japoneses que ocupan un pequeño espacio de tiempo en pantalla.

El film empieza como ya hemos visto varios centenares de veces, una protagonista guapa y con éxito, pero que arrastra un trauma de infancia, el cual normalmente y este no es una excepción, resulta muy poco creíble.
Los primeros minutos de metraje son una introducción más que forzosa y ligerita, por suerte para nosotros donde no sabes si la protagonista va de turismo a Japón o en busca de su hermana desaparecida, imagino que una vez allí pensó, ¿por qué no aprovechar?
Todo ello sirve para empezar a ofrecer situaciones descaradas donde introducir sustos y  bocinazos al ritmo de unas vocecillas y música típica de película de terror y suspense, para hacernos saltar de la butaca o para que aquellos que sufren del corazón pongan a prueba sus constantes vitales sin fallecer en el intento.

Algo que sigo preguntándome tras su visionado es como catalogar la película, ¿es un thriller de suspense con psicópatas y giros locos al final?, ¿una historia de fantasmas?, ¿es terror?, del fácil, de sustillos, pero terror. Ved y juzgad vosotros mismos.

Ordenador y efectos visuales, bocinazos y sustos por doquier, ese es el verdadero leitmotiv de esta obra, sin demasiado argumento por parte de los tres guionistas que la firman.

Firma: Gerard FM.