Horsehead review


Título original: Horsehead

Año: 2014

Duración: 85 min.

País: Francia

Director: Romain Basset

Guión: Romain Basset, Karim Chériguène

Música: Benjamin Shielden

Fotografía: Vincent Vieillard-Baron

Reparto: Lilly-Fleur Pointeaux, Catriona MacColl, Murray Head


Pesadilla tediosa.

Las películas surrealistas tienen un gran problema, o te atrapan o en el peor de los casos desconectas y pasas página. Esta vez sucede la segunda y nefasta opción, y es que Horsehead es visualmente impactante pero narrativamente torpe, lenta y no atrapa en ningún momento.

Desde su más tierna infancia Jessica siempre ha tenido una pesadilla recurrente, en la que aparece un hombre con cabeza de caballo. Para intentar lidiar con este tormento vuelve a su casa donde paso la mayor parte de su infancia, ya que es aquí donde todo se originó. Un viaje a su pasado y una lucha contra sus fantasmas interiores, es lo que le espera a Jessica dentro de ese gran caserón.

El debutante en el mundo del largometraje, Romain Basset, que hasta la fecha solo había dirigido varios cortometrajes, eso sí, todos de género. Con su primer largo, lleva de la mano al espectador durante su escasa hora y cuarto, a los adentros de la mente de su protagonista, interpretada por Lilly-Fleur Pointeaux. Hablando de interpretaciones, Lilly-Fleur firma una actuación increíble y sin duda alguna si tengo que quedarme con algo de este film, es con su trabajo en el papel de Jessica.

¿El guión? Obra del mismo director junto a Karim Chériguène, ambos centran su historia bajo la inspiración de un cuadro. Si, en un cuadro pintado por Henry Fuseli en 1871 y que se titulaba "La pesadilla" y en el cual aparece una cabeza de caballo (bastante recurrente en el film). Una apuesta bastante arriesgada, y más cuando trasladas toda la trama al lado surrealista y dibujas o en este caso desdibujas un guión basándote simplemente en una pintura... todo se complica. El resultado, este batiburrillo que no sabes bien donde quiere ir a parar que es Horsehead.

En definitiva, personalmente opino que cuando una película de escasa duración se te torna eterna, algo malo pasa aquí. Visualmente no está nada mal, pues la fotografía de Vincent Vieillard-Baron es absolutamente cautivadora, pero no compensa en absoluto su falta de ritmo y un argumento bastante carente de interés, al menos para mí. Creo que si te gusta el cine surrealista hay otras propuestas mucho más interesantes. Una lástima porque el misterioso personaje del hombre con cabeza de caballo me llamaba mucho la atención.

Firma: Omar Parra.