Kali the Little Vampire review


Título original: Kali o pequeno vampiro

Año: 2012

Duración: 9 min.

País: Francia, Portugal, Canadá, Suiza

Director: Regina Pessoa

Guión: Regina Pessoa

Música: The Young Gods

Fotografía: Animación

Reparto: Animación


Cuatro tiernas, inquietantes y maravillosas rayas.

En sesudas jornadas de reflexión a las que he tenido la suerte de asistir junto a mis compañeros, siempre hemos llegado a la conclusión de que una producción cinematográfica es buena o mala independientemente de cómo esté realizada. No estoy hablando solo de si está hecha con el teléfono móvil, una Red One o una EOS, de si se rodó de espaldas o haciendo el pino, me estoy refiriendo también a la animación, precisamente por ser una manera de hacer cine que nunca me ha atraído demasiado. Podéis suponer que si me dispongo a ello es que realmente me ha gustado, y habéis acertado. Kali the Little Vampire es algo entrañable que llega al espectador de manera directa, casi sin aditivos, son cuatro rayas como dije al principio, ¿bonitas o feas? lo dejo a vuestra elección, para mí son suficientes para contar una historia en que la infancia está muy presente, y que es la última parte de una trilogía dedicada a ella.

La historia parece simple. Se trata de la búsqueda de la luz a través de las sombras y también de la amistad mediante el rechazo, son las contradicciones que tiene la vida, y como en esta ocasión, se logran los objetivos yendo por el camino contrario, que no equivocado. Para explicar todo esto, Regina Pessoa guarda un as en la manga, se trata de la narración a cargo de Christopher Plummer, afamado actor curtido en múltiples batallas, especialmente teatrales, que da un toque de elegancia y profundidad a lo que en principio parece algo frío e impersonal. Llenar de humanidad a lo que no deja de ser un dibujo tiene un mérito al alcance de muy pocos.

No me extenderé mucho en cuanto a la calidad de la animación, primeramente porque no soy un experto en ello y segundo porque en este caso no creo que sea lo más importante. Los personajes tienen cierto aire a los de Munch, no obstante y al contrario de estos, sabe jugar perfectamente con el gris, el negro y la luz, siendo especialmente brillante la recreación de sombras a través de las manos del protagonista, que por otra parte utiliza como simbología de la historia, algo que encuentro genial.

Una melancólica historia merece una melancólica banda sonora y The Young Gods consiguen llevar ese sentimiento hasta el extremo. Particularmente, encuentro brillante la canción Dancing with the Shadows, fantástica y bastante pegadiza, ya lo veréis.

En fin un producto muy bien acabado y, creo, reservado para los paladares más exigentes. Le sobran calidad, imaginación y ternura. Son tres cosas que cuando están juntas merece la pena degustarlas. Un acierto en todos los sentidos.

Firma: Josep M. Luzán.