Purgatorio review


Título original: Purgatorio

Año: 2014

Duración: 85 min.

País: España

Director: Pau Teixidor

Guión: Sergio G. Sánchez, Luis Moreno

Fotografía: Jon D. Domínguez

Reparto: Oona Chaplin, Ana Fernández, Andrés Gertrudix, Sergi Méndez


Una melancólica historia de terror.

Una amarga sensación de soledad es lo primero que observamos al empezar a visionar este film. Vagamente viene a nuestra memoria The Last Employee, excelente película alemana del 2010, aunque su ligerísimo parecido es más bien conceptual, pero no deja de ser curioso que cintas tan diferentes entre sí tengan un pequeñísimo nexo de unión, en este caso la frialdad con que están rodadas. Esto último no se tiene que considerar de manera negativa, al contrario, sirve para poder explicar historias de desesperación, algo que por contradictorio reafirma esa idea. Fascinante.

Pau Teixidor, joven y prometedor director catalán, debuta en el largometraje de ficción con Purgatorio, y acierta plenamente en la manera de llevar a la gran pantalla una historia que a falta de originalidad, recurre a una gran interpretación de Oona Chaplin dentro de una trama que acaba convirtiéndose en sórdida, aunque no creo que esta fuera la premisa inicial. Dotada de un talento innato para el drama, la intérprete de la enigmática Talisa Stark de Juego de Tronos nos regala el personaje de una madre desesperada por la muerte de su hijo, y eso lo hace magistralmente metiéndonos dentro esa angustiosa sensación casi sin inmutarse, alguna culpa de esto deben tener sus genes.

Una joven pareja se muda a un nuevo hogar, algo parecido a una urbanización ideada por el genio Paco el Pocero. Les persigue la desaparición de su hijo, algo que hace mella en su relación. Un día Marta recibe la visita de su vecina rogándole cuide a su hijo mientras ella va a visitar a su marido víctima de un accidente. A partir de ese momento la relación entre la mujer y el pre-adolescente va ganando en intensidad.

La idea es bien simple y no tiene ni trampa ni cartón. De entrada puede parecer negativo que casi al comenzar ya sepamos por donde van a ir los tiros, pero son puntos de partida que ya bien pronto se nos plantean y los tenemos que aceptar, el propósito es otro, el de dibujar una situación y provocar unos sentimientos, y eso se consigue ampliamente conforme va avanzando la cinta. Es más una sensación que algo material.

Aparte de la dirección y de un excelente guión de Sergio G. Sánchez y Luis Moreno, tenemos que destacar la calidad del producto final conseguida con unos medios más bien escasos. Y es que hoy en día no basta solo con saber hacer cine, sino que también es necesario el dominio de la econometría. Destacar también la fotografía de Jon D. Domínguez, bregado en el mundo del corto y responsable de la fotografía de The ABCs of Death, concretamente en el segmento A is for Apocalypse, y que en Purgatorio se desenvuelve con suma facilidad en escenarios muy estrechos y con una rara habilidad con los espejos, consiguiendo una meritoria sensación de claustrofobia y un cambio de luz en la parte final, más cálida, que colabora en su digestión. En cuanto al resto de interpretaciones, contamos, como no, con conocidas, estoy hablando de Ana Fernández, protagonista del excelente corto El Grifo y que aquí realiza un pequeño papel. Ahora toca hablar de Sergi Méndez, el niño, que a pesar de su corta edad ya tiene un cierto bagaje a sus espaldas. Su enigmática cara es ideal para este tipo de papeles digamos que oscuros, tendremos que estar atentos a su evolución porque podemos estar ante uno de los nuevos valores del cine español. Para acabar no quiero dejar de mencionar a Andrés Gertrudix, que cumple en su excesivamente corto papel.

Justificadísimo el revuelo que provocó en el Festival de Málaga 2014. Las excelentes críticas obtenidas son, en mi opinión, muy merecidas y, a pesar de lo comentado, es una obra para disfrutar y pegar algún que otro bote en el asiento. Me temo que este no era el objetivo pero ya puestos recurriremos al refranero: “ande o no ande, caballo grande”.

Firma: Josep M. Luzán.