Possession (Sapi) review


Título original: Sapi

Año: 2013

Duración: 102 min.

País: Filipinas

Director: Brillante Mendoza

Guión: Henry Burgos

Fotografía: Jeffrey Dela Cruz

Reparto: Dennis Trillo, Baron Geisler, Meryll Soriano


Cuando no hay nada que contar...

El galardonado director filipino se atreve con un género que no había tocado. Possession (Sapi) como bien nos indica su propio título, narra una serie de sucesos que si bien tendrían que tener algo que ver con el terror o las posesiones, yo creo que todo parecido con estos dos temas es pura coincidencia. Perdón por el juego de palabras pero esta vez es merecido a pulso, señor Brillante, esta vez no ha brillado.

Cuando empiezas a ver una película y te das cuenta que llevas una hora larga y parece que acabas de entrar en la sala es que algo va mal, cuando terminas de ver esa película y parece que te acabas de despertar de un coma profundo y solo las dudas ocupan tus pensamientos… ALGO va mal. Pues sí, Possession (Sapi) tiene todo eso y algo más.

La cadena de televisión filipina, Philippine Broadcasting Channel (PBC), mantiene una guerra de audiencias con Sarimanok Broadcasting Network (SBN), la cual está perdiendo estrepitosamente. La única esperanza para la SBN es apostarlo todo con un reportaje muy prometedor sobre posesiones demoníacas, pero para ello tendrán que contar con el único cámara disponible en estos momentos, Baron Valdez que trabaja para la PBC aunque actúa como freelance. Mientras Valdez negocia con el metraje a ambas bandas, una serie de pesadillas empezaran a atormentar a los implicados en el programa sobre posesiones.

Con personajes planos, y un guión que se diluye a medida que avanza el metraje, Brillante Mendoza se pierde en sí mismo en su intento de contarnos un terror, que en realidad es más crítica social hacia los medios de comunicación.

Possession (Sapi) es para mí la mayor decepción del año, un producto insalvable que hace aguas por todos lados. Cuando el mayor terror de la cinta son las pesadillas que sufren los protagonistas, pero estos se muestran indiferentes ante tales sucesos, algo no cuadra, no se si no ha sabido transmitirlo o es que realmente el director quería contarme algo que se escapa a mi entendimiento.

Aunque es cierto que estamos ante uno de los directores con más talento de los últimos años, también lo es, que en su última película se pierde en un discreto guión y no se atreve a adentrarse en el terror, como la palabra más clásica lo sugiere. Esta vez no ha podido ser, siempre nos quedará Kinatay.

Lo mejor: Su inicio, una crítica hacia los medios de comunicación y sus pocos escrúpulos.
Lo peor: Que Brillante Mendoza intente hacer cine sin éxito.

Firma: Omar Parra.