El último encargo review


Título original: El último encargo

Año: 2012

Duración: 6 min.

País: España

Director: Eduardo Carabaño Rubianes

Guión: Iván Carabaño Rubianes

Música: Javier Canalejo Mayoral

Fotografía: Adriano Justicia Basalo

Reparto: Pedro Grande Parra , Pedro Gallego Heredero, Diego Gallego Suero, Yolanda Suero Amaya


Lo sentimos, pero Vd. ya no sirve para matar.

La manipulación de las personas es un arte que se ha practicado desde tiempos inmemoriales. Mi versión libre del significado de este brillante corto va por ese camino. Desde muy pequeños se nos impone el miedo. Un miedo que nos hace cobardes. En realidad nos tendrían que educar para ser valientes y libres. Pero eso es muy peligroso porque podríamos pensar por nosotros mismos. Es más práctico tenernos bajo un tenue yugo. ¿Y esto como se consigue? Hay técnicas directas que no dan lugar a dudas, aunque son burdas y salvajes. En cambio hay otras más sutiles. Por ejemplo, la creación de personajes que desde bien pequeños nos inculcan que representan el mal, y nos aterrorizan. Por desgracia no nos enseñan a combatirlos, sino a temerlos y a escondernos de ellos. Cuando ya somos adultos eso lo llevamos en el inconsciente, y basta tocar un pequeño resorte, como podría ser la falta de empleo, por poner un tema candente, para que esos miedos vuelvan tomando otra dimensión.

Hablando ahora del corto propiamente dicho, la única duda, en mi opinión, de este trabajo de Eduardo Carabaño, es la incógnita final. No porque no se pueda dejar algo en el aire, ni mucho menos, sino porque en esta ocasión se queda a medias. La escena final crea confusión y está sujeta a miles de interpretaciones, dejando un pequeño mal regusto que empaña un poco la magnífica realización. No obstante, visualmente ese final es bastante impactante y resultón.

Aparte de todo esto, destacar la banda sonora, una sabia mezcla entre música infantil y música clásica y las interpretaciones, que son muy correctas. En otro orden de cosas, comentar brevemente lo ajustado de su metraje, realmente milimétrico, y la ocultación de la cara del protagonista, una metáfora de la poca importancia que se les da a las personas dentro de las organizaciones más estratificadas, en las cuales, cuando te sacas la máscara, eres un completo desconocido. Usar y tirar.

Para finalizar decir que es un buen producto y que su visionado os causará muy buena impresión. Ahora solo hace falta que lo podáis hacer. Atentos a los festivales. Que no se os escape.

Firma: Josep M. Luzán.