Dread review


Título original: Dread

Año: 2009

Duración: 90 min.

País: Reino Unido

Director: Anthony DiBlasi

Guión: Anthony DiBlasi (Historia corta: Clive Barker)

Música: Theo Green

Fotografía: Sam McCurdy

Reparto: Jackson Rathbone, Shaun Evans, Hanne Steen, Laura Donnelly, Jonathan Readwin, Vivian Grey


No eres más que un sádico de mierda.

De la mano del prolífico Anthony DiBlasi, analizamos ésta su primera película como director y guionista. Sin duda una apuesta arriesgada, pero bastante coherente con su trayectoria. Esperemos que su próximo film, Missionary, nos cautive como las anteriores, ya que cuenta con el mismo guionista que en Cassadaga, Bruce Wood, que hizo un excelente trabajo.

Decíamos antes que Dread era como un desafío, esto es así por varias razones. La primera por la historia que explica. Un experimento semi-científico que indaga en la mente del hombre. Ese es un tema un poco peligroso si se trata con poca profundidad. Puede resultar hasta ridículo. Por otro lado tenemos la escenografía. Es bastante provocativa en cuanto a la fotografía y su tono oscuro, casi enfermizo, pero hay que tener en cuenta que si no está rodeada de otros elementos puede parecer un poco pretenciosa. Por último destacaría los diálogos. Si ponemos en labios de personas jóvenes ciertas frases, éstas pueden quedar patéticas, aunque hay frases que quedarían patéticas igualmente si las dijera un sabio. ¿Consigue Anthony DiBlasi combinar todo esto y que del desafío antes comentado salga un producto digno? Rotundamente . Profundizaremos algo más cuando hagamos el análisis técnico.

El miedo es un tema que siempre ha suscitado mucha atención en todo tipo de ámbitos. Saber sus causas, sus orígenes y sus secuelas ha sido motivo de incontables estudios. ¿Qué mejor manera que conocer el miedo que meterse dentro de él? Indagar en el prójimo, encontrarlo allí en él, escondido, como una rata repugnante, y hacerlo salir, mostrándose ante nosotros impúdicamente, con su rostro burlón. Porque cada uno, en su interior, lleva su miedo. ¿Qué pasaría si una mente sádica y perversa llegara a saber los motivos de nuestro terror?, sin duda alguna tendría el arma adecuada para infligir el mayor daño que se le puede hacer a una persona, que es que se enfrente sin apoyo alguno a su monstruo.

Stephen cursa dirección de cine. Conoce a Quaid, que estudia filosofía. Juntos, y ayudados por Cheryl, una compañera de estudios, deciden realizar una tesis, cámara en mano, sobre las reacciones de las personas al enfrentarse a sus propios miedos. Stephen descubre que Quaid es una persona atormentada por su pasado, que intentará superar sus traumas a través de unas técnicas un tanto peculiares.

Como hemos comentado al principio, si hay que poner una palabra a esta cinta es riesgo. Una cosa es el riesgo y otra la temeridad. Esta cinta se tambalea en el filo de la navaja cayendo más hacia el lado positivo que del negativo. Abordar según qué temas, con absoluta superficialidad, es a mi modo de ver, punible. No obstante hay que valorar que está hecha de manera muy profesional para ser la primera cinta de este director, cuya trayectoria recuerda un poco la de Brian de Palma, salvando las distancias, naturalmente.

En términos un poco más técnicos diremos que el guión, basado en un cuento corto de Cliver Barker, es sumamente original, aunque muy desigual, con una primera parte, bastante larga por cierto, de un ritmo muy lento, y que mezcla planos muy cortos y sesgados, con otro más largos y profundos. En la media hora final la cinta se convierte en frenética, ofreciéndonos imágenes muy impactantes y, porque no decirlo, morbosas. Hay situaciones que nos harán mirar para otro lado, mezclando un poco la aversión, el terror y el asco, realmente muy logradas. El final es claramente mejorable, aunque creo que en eso habrá disparidad de opiniones. En cuanto a las interpretaciones son de lo mejor de la película, muy correctas y sobrias. Si tuviera que destacar alguna, me decantaría por tres, Shaun Evans en el papel de Quaid, escalofriante por la frialdad que da al personaje en algunas escenas, y en contraposición, está genial en otras interpretando una persona muy atormentada. Su antagonista Stephen, interpretado por Jackson Rathbone, le da el contrapunto de seriedad y sentido común correctamente. También destacar a Laura Donnelly en el papel de Abby, magnífica y muy convincente en el papel de chica atormentada por su físico. La fotografía de Sam McCurdy destaca de manera eficaz la idea del director en cuanto a ambientación oscura y sórdida. En cuanto a la música, pasa un poco desapercibida pero hay que estar un poco atentos a ella.

Película resultona que no desmerece en absoluto a sus creadores, al contrario, creo que se deben sentir orgullosos puesto que el resultado es muy correcto. En su contra podríamos decir que no le gustará a todo el mundo. Es un poco escabrosa y, ¿porque no decirlo?, dura. Imprescindible si se quiere seguir la trayectoria del Sr. DiBlasi.

Firma: Josep M. Luzán.