Título original: La Frecuencia Kirlian
Año: 2025
Duración: 94 min.
País: Argentina
Director: Cristian Ponce
Guion: Cristian Ponce, Hernán Bengoa
Música: Marcelo Cataldo
Fotografía: Franco Cerana
Reparto: Nicolás Van De Moortele, Adriana Ferrer, Luciano Guglielmino, Lucía Arreche, Germán Baudino, Edgardo DeSimone

¿Te vienes al final de Kirlian?
Desde el principio de los tiempos, en el terror siempre ha funcionado que el mal tenga nombre y/distrito postal: Drácula, Innsmouth, Arkham, Carcosa… Con el paso del tiempo, el avance de la civilización y los medios de comunicación, el mal se mudó desde lugres lejanos hasta llegar a los barrios, a los suburbios o, peor, ser tus vecinos: Amityville, Midwich, Malasaña 32… Y una vez llega internet y la globalización se convirtió en un hecho irrefrenable, a todos esos lugares míticos se añadieron nombres creados por/para los medios de comunicación: Slenderman, Mothman… Susurros interneteros a los que deberíamos añadir un lugar que aunque según su cronología se encuentra en los años ochenta empezó como Webserie y su espíritu está asentado entre las leyendas urbanas y lo creepypasta: Ingeriero Kirlian, el pueblo que no sale en los mapas, al que nadie puede llegar, del que no se puede salir y donde las noches ocultan muchos peligros…
Es el 30 de Mayo, la noche del cometa que pasa cada treinta años. Todas las señales indican que algo raro pasará, se siente en el aire e incluso en la emisora de radio se emite el último programa. Cinco personas distintas se pondrán ante el micro para hablar con el misterioso DJ que, noche tras noche, ha informado acerca de los sucesos extraños que tienen lugar en el pueblo: La maestra que ha enseñado rígidamente a generaciones de niños, el promotor inmobiliario que (mal) vendió los terrenos del pueblo a extraños (o extraterrestres?) especuladores, la trabajadora social que lucha por descubrir quién asesinaba niños cuando ella era una cría, el dueño de la emisora de radio rival y un quinto invitado… alguien que llega de fuera del pueblo con una cinta de audio que mandó su hermano Caín justo antes de desaparecer.
Mientras el cometa pasa sobre Ingeniero Kirlian, se destaparán conspiraciones y asesinatos, los monstruos saldrán de sus escondites y cuando las ondas se apaguen… ¿Quedará alguien con vida?
La Frecuencia Kirlian, obra de Cristian Ponce a la que se sumó Hernán Bengoa, fue un proyecto que fue mutando a lo largo del tiempo: primero una webserie de capítulos pequeños de animación básica, casi minimalista, que tuvo la suerte de ser comprada por Netflix y, ya fuera de su catálogo, añadir dos últimos capítulos bajo el paraguas a una plataforma de contenidos llamada Flixxo. A lo largo de los años la serie ha sumado fans debido a no solo a su imaginación, sino que cada respuesta ofrece tres preguntas más, lo que amplifica la conversación en internet sobre el lugar, sus habitantes y los hechos que acaecían.
Al igual que hizo Josh Whedom cuando utilizó la película Serenity para cerrar su serie Firefly, Bengoa y Ponce han levantado una película pequeña que se siente grande, en la que pueden permitirse romper ciertos elementos rígidos de producción como la imagen real, algunas animaciones y diseño de personajes, en una película de antología que remite continuamente, ya desde su presentación y títulos de crédito, a Creepshow 2 que el propio director llama “La Piedra Rosseta de las antologías” y cuya iluminación y cromatismo, obra del director de fotografía Franco Cerana y la colorista Juana Solassi, son una referencia continua e incluso el cromatismo busca acercarse al de las revistas de antología fantástica que se vendieron en Argentina durante los 70 y 80, asimismo hay un aperturismo en la música de Marcelo Cataldo que también era una seña de identidad y a los toques de Synthwave añade punk, rock progresivo, notas y estilos. Hay algo (mucho) en esta película de punto de salida, pero también de entrada ya que, como la serie, es exigente a nivel narrativo y conceptual: está repleto de guiños para los fans de la serie, referencias continuas a capítulos o hechos acaecidos, pero al mismo tiempo se dirige a los recién llegados presentándoles el escenario completo: el pueblo, las calles, sus habitantes y la emisora de radio donde reina el DJ.
A lo largo de las varias historias, Ponce y Bengoa mantienen las constantes de la serie y añaden reflexiones acerca del uso de los mass media para conducir al público y potenciar la histeria colectiva. Como elemento central tenemos la voz – ya que nunca muestra el rostro – de Nicolás Van De Moortele y las actuaciones de rostros ya vistos en el mundo de Ponce como Germán Baudino.
La película de La Frecuencia Kirlian no es un capítulo que se cierra, es un punto y aparte de una historia que siempre dará muchos temas de conversación. Es tanto un muy buen cierre de la serie para los fans, como un punto de enganche para todos aquellos que se acerquen a este pueblo perdido y quieran/necesiten saber, que ocurría anteriormente. ¡Los habitantes de Kirlian son legión y seguirán creciendo porque siempre caben más!
Firma: Javier S. Donate.
🎬 VOD
Es el 30 de Mayo, la noche del cometa que pasa cada treinta años. Todas las señales indican que algo raro pasará, se siente en el aire e incluso en la emisora de radio se emite el último programa. Cinco personas distintas se pondrán ante el micro para hablar con el misterioso DJ que, noche tras noche, ha informado acerca de los sucesos extraños que tienen lugar en el pueblo: La maestra que ha enseñado rígidamente a generaciones de niños, el promotor inmobiliario que (mal) vendió los terrenos del pueblo a extraños (o extraterrestres?) especuladores, la trabajadora social que lucha por descubrir quién asesinaba niños cuando ella era una cría, el dueño de la emisora de radio rival y un quinto invitado… alguien que llega de fuera del pueblo con una cinta de audio que mandó su hermano Caín justo antes de desaparecer.


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