Sombra Madrid - Profondo Rosso review

Tras presenciar el brutal asesinato de su vecina y médium, un pianista y compositor inglés residente en Italia queda absolutamente obsesionado por descubrir quién es el responsable, lo que él no sabe es que cuanto más se acerque al asesino más grande será el charco de sangre que encuentre a su paso.

Título original: Profondo Rosso

Año: 1975

Duración: 126 min.

País: Italia

Director: Dario Argento

Guion: Dario Argento, Bernardino Zapponi

Música: Giorgio Gaslini, Goblin

Fotografía: Luigi Kuveiller

Reparto: David Hemmings, Daria Nicolodi, Gabriele Lavia, Macha Méril, Eros Pagni, Giuliana Calandra, Piero Mazzinghi, Glauco Mauri, Clara Calamai, Aldo Bonamano, Liana Del Balzo, Vittorio Fanfoni


Un objeto de culto para propios y extraños.

Sin ser propiamente el creador del giallo, Dario Argento fue la punta de lanza de la modernización y popularización del género, entrando en una época dorada donde películas como El pájaro de las plumas de Cristal (1970) dieron el pistoletazo de salida a una nueva época que vendría repleta de grandes títulos como Profondo Rosso (1975) o Suspiria (1977)


Tras presenciar el brutal asesinato de su vecina y médium, un pianista y compositor inglés residente en Italia queda absolutamente obsesionado por descubrir quién es el responsable, lo que él no sabe es que cuanto más se acerque al asesino más grande será el charco de sangre que encuentre a su paso.

No son pocos los que se debaten entre este trabajo y Suspiria como sus obras predilectas del director italiano, pero lo que sin duda es palpable es la forma en que se modernizó el género con la llegada de esta obra, y aunque por supuesto seguía aportando todo aquello que nos gusta en el conocido subgénero, como sorprendentes ejecuciones ya sean en forma de asesinato o accidentales, una historia de intriga que no para de avanzar, en este caso, bastante más factible y depurada de lo que solía ser habitual en Dario Argento, haciendo de esta forma también que la película sea mucho más redonda. La gran variedad de planos que aportan amplitud y dejan desprotegido al protagonista en una ciudad que parece extraña para él, o los reconocidos planos subjetivos desde las propias carnes del asesino. Pero también la banda sonora de Giorgio Gaslini & Goblin no tan discordante como suele ser habitual en el giallo sino mucho más participativa o incluso intrusiva tratando de acelerar las escenas o dando ímpetu a los asesinatos y a la investigación, no se puede decir precisamente que sea una banda sonora que pase desapercibida, es un personaje más, tanto es así que incluso una misma pieza se detiene y arranca a merced de lo que va viviendo en el film el protagonista. Por otro lado, Dario Argento y Bernardino Zapponi sorprendentemente menciona el feminismo, casi dan lecciones de diversidad sexual y empoderan a la mujer dentro del género con mucho más protagonismo del que suele ser habitual, obvia el erotismo e incluso la paleta de colores deja respirar un poco al espectador. Como podéis ver, una reinterpretación muy personal de lo que el propio director venía haciendo, no es de justicia, no reconocer lo avanzada que fue la película en plenos setenta, respecto a lo que se podía ver en el cine.

Si es cierto que sigue sobrevolando en el ambiente la figura del maniaco tan característica de estas obras, y en este caso encontramos la propia voz del asesino en varias ocasiones, lo cual no deja de ser como poco curioso una vez sabemos quién es el responsable. Volviendo al protagonista, David Hemmings y en relación con lo que mencionaba anteriormente, resulta singular el abandono por parte de la policía que encuentra a la hora de investigar los asesinatos y la incomodidad con elementos tan hostiles e italianos a la vez en clave de humor que los guionistas habían preparado para el foráneo, como un vehículo clásico estropeado o una cafetera que exhala vapor apoderándose de todo lo que rodea al protagonista mientras trata de esclarecer el caso.


La obra cuenta con multitud de detalles que se aprecian al detalle con el revisionado de la cinta, está cargada de elementos, que parecen casuales en un primer vistazo, pero que revisado en profundidad no solo tienen una razón de ser para la historia, sino son una firma propia del director, escenas como el plano detalle de la gota de sudor en la sien del protagonista más cercana al western que tanto gusta y tanto ha escrito Dario Aergento que al giallo que le caracteriza, o el remate final para desentrañar la identidad del maniaco asesino en el pasillo con el juego del espejo y los cuadros de gran valor imaginativo que incluso hoy sigue funcionando a la perfección.

Como le ocurrió a tantas otras películas de la época, no tuvo el golpe de efecto esperado en su momento de estreno, pero unas cuantas décadas después, aquí estamos, hablando de una obra que se ha convertido en objeto de culto para fans, entendidos y amantes del terror italiano de asesinos en serie.

Firma: Gerard FM.
@tmagerard

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