Entrevista a Aritz Moreno, director de Moscas


Primero de todo háblanos del plano subjetivo sobre Ernesto.

La película va 100% sobre él. La intención era poner al espectador en su piel, que es algo muy incómodo porque es un desgraciado. Entonces hay momentos que usamos la subjetividad, como el plano del cuello en la cena, o cuando busca el porno nosotros estamos en su nuca, es una manera de hacer de ponernos en su cabeza. Hay un momento que él está mirando a la calle desde una ventana, si os fijáis el plano está tintado y cuando se quita las gafas cambia de color, estamos viendo a través de sus ojos. Pero eso son mierdas mías para darle un estilo a la película y que tenga una intención artística. Todo ese descenso a los infiernos que es la película también está trasladado a la imagen.


Ernesto Alterio está inmenso. La dirección de actores muy bien ahí.

La dirección de actores fue algo muy tonto (risas).


Hay escenas que son realmente complicadas, por ejemplo en una en el que habla de su hijo y comenta de que será escritor, ahí está muy natural.

En realidad eso es algo bastante de Ernesto. El guion también está muy bien, Javier Guillón es uno de los mejores. Pero la película se reescribe en los ensayos y estando muy cerca del guion todo ese diálogo de esa escena en las que suelta una parrafada buenísima... todo eso es de Ernesto. No lo improvisa en set, pero si ensayando lo va construyendo y nosotros escribiéndolo y acomodándolo. El plano final que es algo muy potente que termina en una lágrima fue algo que se provocó cuando la condición era que si Ernesto pestañeaba la escena terminaba, estuvo dos minutos y medio sin hacerlo lo que le queda la cara totalmente congestionada y apareciendo la lágrima. Y esa toma es la que podéis ver en la película.


Dejarles libertad a los actores también es dirección de actores.

Por supuesto, en las clases de cine la pregunta del millón era ¿cómo diriges a los actores? La respuesta no gusta porque no tiene épica pero dejar hacerlos. La dirección de actores empieza en el casting buscando a la persona adecuada, yo no puedo enseñar a actuar a nadie principalmente porque no tengo ni puta idea de actuar. No le puede enseñar nada a Ernesto Alterio en tres semanas de rodaje, de hecho me tengo que nutrir yo de él. Hay que seleccionar a la persona que entiende lo que quieres hacer y dejarle trabajar. Hay que dar direcciones pero son muy básicas.


¿Qué veías en la novela de Kike Ferrari en este caso y qué buscas en las novelas que encaje con tu estilo?

A mí me gusta cualquier cosa que me parezca atractiva. Yo leo mucha novela negra y apareció esta. El detonante me pareció interesante para poder desarrollar algo entretenido. Igualmente es una adaptación que llevó más trabajo que Ventajas de viajar en tren que esa lo tenía todo, tenía terror, tenía comedia, tenía denuncia, sí que me gusta que haya bastante de esto. En Moscas también hay bastante carga política y a mí eso me interesaba porque no es sólo hacer género por el género, sino también para incomodar y desafiar al público. Eso es divertido.


¿El final del libro es exactamente igual?

Exactamente igual. En la película se rompe una mesita de noche que en el libro no, pero todo lo demás es igual.


¿El tono será parecido en próximos proyectos?

No, a mí me gustan muchas cosas y es verdad que en general tenderé al género porque es lo que más me gusta. Pero por ejemplo ya se ha anunciado un proyecto muy grande con Atresmedia que será un biopic de Sandra Sánchez que es la mejor karateka de todos los tiempos que ganó el oro en Tokyo y su historia es increíble y es un proyecto personal. Haré varias cositas pero siempre volveré al mundillo. Me apetece mucho hacer algo de terror canónico.


¿Película de terror favorita?

Tiburón.