Entrevista a Imanol Ortiz López, director del cortometraje Alumbramiento


Saltaban en la carretera y eran aplastadas bajo las ruedas. Cuando era niña, ella podía verlas, iluminadas por los faros del coche, en las noches de verano. Ahora, muchos años después, una extraña sensación de venganza embarga sus pesadillas. Paula confiesa a un psicólogo su fobia por las langostas mientras protege instintivamente al bebé en su vientre de una amenaza sin rostro.


Cuéntanos el origen de tu cortometraje.

Alumbramiento es un cortometraje con espíritu de teaser. Actualmente estoy desarrollando con mi productora recién creada, Orlok Films, varios proyectos de película, y uno de ellos es la extensión de este universo. La primera versión del largometraje la escribí en 2018, y un par de años más tarde decidí que sería estupendo para el proyecto rodar un teaser que ayudara a su venta, pero que a la vez tuviera entidad propia como historia breve.


¿Qué se van a encontrar los espectadores del cortometraje?

Se van a encontrar un drama con elementos fantásticos y de terror, para el cual elegí una puesta en escena muy climática, que sintetizara en algo menos de diez minutos algunos de los temas recurrentes en la mayoría de mi trabajos, como son la reciente historia del País Vasco, el cada vez más agravado problema de la salud mental, los monstruos internos y externos en su más amplia extensión…


¿Cuáles son tus influencias?

No podría detallar las conscientes, son casi inabarcables, pero aún más son las inconscientes, ésas de las que no te das cuenta pero, a posteriori, y muchas veces gracias a los comentarios de los espectadores y otros compañeros, reconoces asombrado. Me acaban de comentar que el corto huele a Cronenberg. ¡Pues claro! Yo crecí viendo reventarse cabezas en Scanners, sufriendo cómo un tipo perdía a su novia porque mutaba en un insecto humanoide en La Mosca, imaginándome en el asiento trasero de un coche atravesando un lujurioso tren de lavado en Crash


¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?

Billy Wilder decía que ninguna buena acción queda sin castigo. Aquí nos gusta más decir eso de “en el pecado va la penitencia”. Vamos, que suficiente tengo con lo mío.


¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?

Lamentablemente, con gafas de presbicia. La fea costumbre de cumplir años, ya sabes. Así que de cerca, bien. De lejos… no puedo pronunciarme con rigor.


¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?

Tengo tres cortos en cartera para producir los próximos años, porque estoy enganchado al formato breve. Pero, además del largometraje de Alumbramiento, lo más cercano es un found footage divertidísimo y con un tanque de mala baba en la estela de Creed, que se titula #elreto. Y también estoy empezando a desarrollar un drama fantástico, Zarza. Eso como guionista y director, porque como productor estoy levantando Maniquí, el primer cortometraje de Elixabet Núñez, una estupenda figurinista que quiere ponerse detrás de la cámara. Y espero coproducir algún proyecto más nacional e internacional.


¿Dónde se te puede encontrar?

De 23:00 a 08:00 en mi casa. Me gusta acostarme pronto, en mi cama, escuchar un podcast tipo “Cowboys de medianoche”… Cosas de pollaviejas. Pero podéis odiarme en Instagram a través de la cuenta @guionistaencrisis. Y en @orlok_films.


¿Película de terror favorita?

¿Sólo una? Mmm… Venga, te digo la última que me incomodó mucho. Speak No Evil. Abro debate.