Entrevista a Rubin Stein, director y guionista de Tin & Tina

Cómo considerarías Tin & Tina, ¿Una ampliación de tu trilogía de la luz y oscuridad, o un punto y aparte? En realidad, ambas cosas. Primero de todo, es una adaptación del cortometraje homónimo que iniciaba la trilogía allá por 2013. Sin embargo, a diferencia de otras adaptaciones, el corto no es prólogo ni epílogo… es el Big Bang, el origen de la explosión, y en la película este universo (personajes, temas, atmósfera…) se ha expandido exponencialmente en todas direcciones. Eso sí, para aquellos espectadores que hayan visto el cortometraje, la película esconde una sorpresa que a buen seguro les hará esbozar una sonrisa cómplice.
Foto de Manu Trillo

Cómo considerarías Tin & Tina, ¿Una ampliación de tu trilogía de la luz y oscuridad, o un punto y aparte?

En realidad, ambas cosas. Primero de todo, es una adaptación del cortometraje homónimo que iniciaba la trilogía allá por 2013. Sin embargo, a diferencia de otras adaptaciones, el corto no es prólogo ni epílogo… es el Big Bang, el origen de la explosión, y en la película este universo (personajes, temas, atmósfera…) se ha expandido exponencialmente en todas direcciones. Eso sí, para aquellos espectadores que hayan visto el cortometraje, la película esconde una sorpresa que a buen seguro les hará esbozar una sonrisa cómplice.


A la hora de pasar del formato cortometraje al largometraje, ¿Cuáles son los mayores escollos que te has encontrado?

La esencia es la misma. Sin embargo, los tiempos de cada proceso (guion, desarrollo, financiación, rodaje, postproducción…) se multiplican, en ocasiones, por diez. A nivel narrativo, un cortometraje puede sustentarse en un puñado de ideas. Para un largometraje se necesita un camión lleno de ideas. Si son buenas, habrá que conducir hábilmente el camión como en Le Salaire de la peur ( H.G. Clouzot ) para que no se pierdan por el camino.


Ambientarlo en los años ochenta es porque naciste en esa década o porque ayuda a la historia.

Nací en 1982, el año del Mundial de fútbol en España, el año de Naranjito. Sin embargo, unos meses antes todo estuvo a punto de dar un giro terrible. El fallido golpe de Estado del 81 marcó un punto de inflexión en nuestro país. De haber resultado exitoso, quizás yo no hubiese nacido. Quizás a día de hoy tendríamos otro país muy diferente. Fue un tambaleo de los cimientos verdaderamente terrorífico. Por eso, me parecía el contexto más adecuado para una historia centrada en una mujer cuyos cimientos personales, morales y sociales se tambalean peligrosamente y que tendrá que aprender a convivir con el miedo. Tin & Tina no es sólo una película de miedo, es una película sobre el miedo.


La historia tiene un fuerte componente religioso que viene de tu familia.

La idea original se basa en un episodio de mi infancia: mi abuela, muy católica, me guio por el proceso de búsqueda de un sentimiento religioso. Sin embargo, leer la Biblia me resultaba aterrador, la violencia agitaba cada página. Esas historias de santos, apóstoles, ángeles, demonios, milagros, pecados, penitencias, muertes y resurrecciones desataban en mí pensamientos e imágenes turbadoras. Recuerdo preguntarle a un cura: “¿Qué es el alma?” “El alma es amar. Amar a Dios.” Por contra a lo que esperaban mi abuela y los curas, el miedo a ese Dios misterioso y omnipotente se hacía cada vez más grande. De esta manera, a pesar de las presupuestas buenas intenciones, sentía que estaba ante un material inflamable. Y es que la libre interpretación de los textos sagrados puede dar origen a fanatismos religiosos y al terrorismo en su definición más pura: dominación por medio del terror.


Háblanos un poco sobre el casting, tanto el de los adultos como el de esa pareja de “angelicales” niños.

Por un lado está la pareja formada por Milena Smit y Jaime Lorente que, además de ser unas personas generosas y divertidas, son unos magníficos profesionales. Desde el primer momento, comprendieron mi forma de trabajar, que no es otra que la de la búsqueda constante, desde el primer minuto hasta el último. Buscar juntos ha sido un proceso muy enriquecedor. Y, pese a tener dos sensibilidades y estilos muy diferentes de afrontar la interpretación ante la cámara, ambos supieron encontrar no sólo el camino para dotar a sus personajes de matices y complejidad, sino también la manera de complementarse el uno al otro para que ambos instrumentos se fundieran en una misma sintonía. Cuando esto ocurre se genera una verdad indescriptible que traspasa la pantalla. Por otro lado, están los niños Anastasia Russo y Carlos G. Morollón. Son dos niños tremendamente especiales que, además, conectaron de maravilla y estoy seguro que para ellos esta película se ha convertido en una experiencia inolvidable. Y por último, está Teresa Rabal, que regresa al cine cuarenta años después, en un papel íntimamente conectado con su primera aparición en la película Viridiana de Luis Buñuel.


¿Es cierto lo que dijo Alfred Hitchcock, jamás trabajes con niños y animales?

Ni con Charles Laughton”. Quién soy yo para desmentir al bueno de Hitch. Al menos, en lo referente a Charles Laughton. En cambio, creo que los niños tienen algo mágico, una inocencia que traspasa la pantalla, una verdad en la mirada que es maravillosa. Me gusta mucho trabajar con ellos siempre desde el juego. Así, de paso, recuerdo que esto del cine no es otra cosa que un juego, un truco de magia, donde una luz proyectada en la oscuridad nos transporta a mundos increíbles.


La banda sonora está compuesta por Jocelyn Pook, quien ha trabajado con Stanley Kubrick, Peter Gabriel o Massive Attack entre otros. ¿Cómo llega a participar en Tin & Tina?

La película, que propone una “noche oscura del alma”, esto es, una experiencia en torno al gran misterio de Dios, necesitaba una música capaz de transportar al espectador a un universo sonoro extraño, melancólico a veces y terrorífico en otras, pero siempre misterioso. Precisamente, el inolvidable score de Jocelyn Pook en Eyes Wide Shut así como sus otros trabajos discográficos son una búsqueda constante por encender el fuego de otra dimensión más elevada, profunda y mística. Cuando Jocelyn vio la película quedó muy impactada por algunas secuencias y afrontó el reto de realizar la banda sonora. Su estilo único combina lo clásico con lo experimental: instrumentos musicales extraños (metales distorsionados, instrumentos de agua, artilugios orientales…) así como canciones interpretadas vocalmente al revés. Trabajar con ella desde los primeros sketches hasta la culminación de la grabación del score con la Orquesta de Londres en los míticos Abbey Road Studios (Reino Unido) ha sido un viaje fascinante.


El subgénero de terror con niños tiene películas tan clásicas y potentes como Quien puede matar a un niño de Chicho Ibáñez Serrador, Déjame Entrar de Tomas Alfredson o la más reciente The Innocents de Eskil Vogt. ¿Cómo has conseguido alejarte de estos referentes?

Las tres películas que citas son maravillosas. Lo que más me interesaba en Tin & Tina era que, por un lado, los niños no resultaran manifiestamente aterradores, sino todo lo contrario: los niños son angelicales y dulces, pero nuestra mente (efectivamente, pervertida por todas esas películas de niños malos) es la que se obceca en convertirlos en demonios. Por otra parte, los macabros juegos religiosos debían ampararse en un marco crudamente realista. Lo que más miedo nos produce es sentir que esas situaciones nos podrían ocurrir de verdad a nosotros. No hay un asidero llamado ciencia ficción o fantasía. Como se menciona en la película, la Biblia puede ser fantasía, pero su interpretación literal en la vida real no lo es.


¿Qué se van a encontrar los espectadores de Tin & Tina?

Esencialmente una película de misterio que propone un sugestivo juego al espectador. Se le invita a no ser un mero observador, sino a participar activamente en ella y en sus dilemas (morales, religiosos, emocionales…) y a realizar una inmersión sin retorno en una experiencia cinematográfica única, que alterna situaciones corrosivamente divertidas con momentos profundamente perturbadores.


¿Cuáles son las siguientes historias de Rubin Stein después de Tin & Tina?

De momento son tinta negra sobre blanco. Cuando se materialicen os enteraréis.


¿Película de terror favorita?

Imposible quedarme con una, adoro tantas... Te diré la que (por alguna razón) más veces he visto: The Shining ( Stanley Kubrick ); con la que (por alguna razón) más miedo pasé en una sala de cine: The Blair Witch Project ( Eduardo Sánchez y Daniel Myrick); la que (por alguna razón) más me fascina: Eraserhead ( David Lynch ); con la que (por alguna razón) siento más conexión: The innocents ( Jack Clayton ); y, por último, la que (por muchas razones) me hubiera encantado rodar a mí: The Birds ( Alfred Hitchcock ).