Jaula review

Paula y su marido conducen de vuelta a casa y, de pronto, encuentran a una niña en medio de la noche. Pasan los días y nadie parece saber quién es ni de dónde sale, tan solo descubren que la niña, a la que llamaran Clara, solo se encuentra segura en el interior de un cuadrado dibujado con tiza.

Título original: Jaula

Año: 2022

Duración: 100 min.

País: España

Director: Ignacio Tatay

Guion: Isabel Peña, Ignacio Tatay

Música: Snorri Hallgrimsson

Reparto: Elena Anaya, Pablo Molinero, Eva Tennear, Esther Acebo, Carlos Santos, Eva Llorach, Eloy Azorin, Sonia Almarcha


Todos vivimos en una jaula, ¿Cuál es la tuya?

Los niños son el futuro, y algo que proteger, no solo nos perpetuamos a través de ellos sino que – en la mayoría de los casos – buscamos su protección.

Esta es la historia de una niña y una tiza.


Paula y su marido conducen de vuelta a casa y, de pronto, encuentran a una niña en medio de la noche. Pasan los días y nadie parece saber quién es ni de dónde sale, tan solo descubren que la niña, a la que llamarán Clara, solo se encuentra segura en el interior de un cuadrado dibujado con tiza.

Algo en Paula le fuerza a llevarla a su casa e iniciar la curación. O el camino a los infiernos.

Ignacio Tatay arranca su película durante una noche y con el camino de la pareja marcado en las rayas de la carretera. De alguna forma, Tatay juega con las líneas que te llevan a tu final de viaje o que te impiden apartarte de la senda de la lógica. El universo que plantea el director es claustrofóbico, donde todo parece abierto pero siempre cerrado por muros, puertas, ventanas, lluvia o gente. Y monstruos, hay monstruos.

En el guion coescrito entre Tatay e Isabel Peña, hay grandes aciertos en la relación entre Paula y la niña, moviéndose entre el thriller y el drama, y hacen avanzar al espectador hasta el tramo final repleto de tensión y horror que hace perdonar hechos flagrantes como la inexistencia de personajes aparte de Paula y Clara, que los descubrimientos sean más porque tocaba que por las indagaciones - aquí hay un exceso de vaguedad al estilo de las primeras películas de Jaume Balagueró – y la búsqueda del agobio a través de la música y la fotografía.

Ari Aster ha hecho mucho daño al cine, desde Hereditary se hace un uso excesivo de la música para generar inquietud continua, incluso en los momentos tranquilos te lanzan música de mal rollo a los oídos. Hay momentos en los que el compositor Snorri Hallgrimsson alcanza gran emotividad, pero abusa de las atmosferas y a veces consigue el efecto contrario: saca de la secuencia en vez de implicar.


La dirección de actores es algo que debe mejorar Ignacio Tatay, no parecen suficientemente trabajados y un actor de carácter como Pablo Molinero va a medio gas, los personajes de Eva Llorach y Eloy Azorín tienen importancia por sus diálogos y no por el acting; Esther Acebo sigue creciendo como actriz y la niña Eva Tennear es todo un descubrimiento. Sonia Almarcha tan bien como siempre.

Si Jaula alcanza momentos de gran potencia es gracias al trabajo de Elena Anaya y Carlos Santos. Aunque la primera se come la pantalla, tal vez lleve demasiado tiempo con el asidero interpretativo de las emociones a flor de piel y necesite explorar nuevos caminos; lo de Santos ya es otro cantar, cada nueva interpretación es un salto de gigante y aquí está enorme.

Jaula es una película oscura, siniestra, cuyo terror es demasiado actual, pero que nos obliga a hacernos preguntas: Si todos vivimos en una Jaula, ¿Cuál es la nuestra?

Firma: Javier S. Donate.

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