Demons review

Una ciudad cualquiera. Un grupo de desconocidos acude a la premier de una película en el cine Metropol ya que les han regalado entradas gratis. Lo que ignoran los sufridos espectadores es que el mal surgirá tanto de la pantalla como del patio de butacas.

Título original: Dèmoni

Año: 1985

Duración: 88 min.

País: Italia

Director: Lamberto Bava

Guion: Dario Argento, Lamberto Bava, Dardano Sachetti, Franco Ferrini

Música: Claudio Simonetti

Fotografía: Gianlorenzo Battaglia

Reparto: Urbano Barberini, Natasha Hovey, Bobby Rhodes, Karl Zinny, Fiore Argento, Geretta Geretta, Fabiola Toledo


Siempre divertida, moderna e imprescindible.

Vaya desde el principio que esta review no está escrita desde la nostalgia de los ochenta. La primera vez que vi Demons en cine, me pareció una tomadura de pelo y sin embargo, en los siguientes visionados, descubrí una película que gana con el paso del tiempo.


Una ciudad cualquiera. Un grupo de desconocidos acude a la premier de una película en el cine Metropol ya que les han regalado entradas gratis. Lo que ignoran los sufridos espectadores es que el mal surgirá tanto de la pantalla como del patio de butacas.

Como una enfermedad imparable, los demonios se propagan por el Metropol para acabar con todos los humanos de su interior. Y esto solo es el principio… del fin.

Demons no es perfecta, de acuerdo, está repleta de imperfecciones y errores de continuidad, casting, etc… Pero tiene algo que pervive e incluso se acrecienta con el paso del tiempo: es una película frenética, delirante, muy divertida y realizada con la sola intención de mantener entretenidos a los espectadores. Gran parte del éxito consiste en su falta de lógica, la sensación de que es mejor dejarse llevar por lo adictiva que resulta: la gente que corre de un lado a otro y termina por meterse en los sitios más complicados, agujeros en las paredes que llevan a pasillos siniestros, la secuencia de la moto, el delirante recorrido de Fiore Argento en el patio de butacas, la muerte frente a la pantalla que antecede por una década a Scream 2.

La magia que consigue Lamberto Bava es hacer que cada revisionado parezca nuevo, ya que ocurren tantas cosas “molonas” en Demons que siempre se olvida un giro de guion, una frase, un plano, una muerte que te hacen aplaudir.

El guion coescrito entre Dario Argento, Dardano Sachetti, Lamberto Bava y Franco Ferrini parte de una idea básica: lanzar al patio de butacas del cine Metropol a un grupo de personajes tan tópicos que uno se imagina sus historias: la pareja de novios moñas, los casados asqueados, las niñas bien, los pijos que quieren ligarse a las niñas bien, el ciego y su pareja. Es curioso pero los personajes que más destacan son los personajes “amorales” como Bobby Rhodes y sus chicas o la risible panda de punks.


Hay momentos memorables en Demons, gracias a la falta de prejuicios en el guion, la dirección o las interpretaciones, pero mención aparte dos nombres que redondean los aciertos: la música de Claudio Simonetti, cuyo tema central es tan hortera como pegadizo, y los efectos especiales de Sergio Stivaletti junto a su equipo, que nos regalan prostéticos con uñas que se alargan, babas color vómito, pústulas repulsivas, cueros cabelludos arrancados y mucha sangre.

He dejado para el final el gran acierto de Demons: un casting repleto de actores y actrices sobreactuados, que parecen de cartón y que podrían ser intercambiables unos por otros; destaco el carisma formado por la Santa Trinidad Bobby Rhodes junto a Geretta Geretta y Fabiola Toledo, en el lado contrario siempre me sorprende lo mala actriz y sobreactuada que está Bettina Ciampolini como la punk Nina, y sin embargo protagoniza la famosa secuencia del pecho que hizo saltar la censura en Inglaterra.

Tal vez sea paradójico aplicar el concepto de “grande” a una película con tantas imperfecciones como Demons, pero se lo merece ya que cada visionado es una fiesta repleta de grandes momentos y planos que se agarran a la retina.

Grande, Lamberto Bava, grande, mágico y eterno.

Firma: Javier S. Donate.

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