FANTASIA - Frank & Zed review

Frank es un frankenstein mientras Zed es un zombi, ambos mantienen una suerte de simbiosis: cerebros de ardillas a cambio de energías para sobrevivir un día mas. Este equilibrio se verá en peligro cuando, al morir el rey del reino, los cortesanos se conjurarán para hacerse con el poder.

Título original: Frank & Zed

Año: 2020

Duración: 90 min.

País: Estados Unidos

Director: Jesse Blanchard

Guion: Jesse Blanchard

Música: Michael Richard Plowman

Fotografía: Patrick Blevins

Reparto: Johnny Huang, Sam A. Mowry, Mandy Stockholm, Steve Overton


Marionetas, amor y fantasía.

Y existió una época en la que un joven Peter Jackson aun no había desarrollado la elefantiasis fílmica. Es cierto que soñaba muy a lo grande y a lo loco, pero gracias a eso se lanzó a rodar una locura con marionetas como Meet The Feebles, que agotaba, asqueaba y fascinaba a partes iguales. Jesse Blanchard toma la antorcha de Peter Jackson y suelta Frank & Zed al mundo.


Frank es un frankenstein mientras Zed es un zombi, ambos mantienen una suerte de simbiosis: cerebros de ardillas a cambio de energías para sobrevivir un día mas. Este equilibrio se verá en peligro cuando, al morir el rey del reino, los cortesanos se conjurarán para hacerse con el poder.

La apuesta de Blanchard por las marionetas nos lleva de vuelta a un mundo en el que no todo era ordenador, ni las propuestas de Pixar y Disney cada vez mas acomodaticias, por poner dos ejemplos, sino que mira el universo que el gran Jim Henson creó con los Muppets o sus dos películas: Dark Crystal y Labyrinth; el mundo de Blanchard es, digámoslo así, el de un soñador o un loco.

Hay muchos ecos en el guion de Frank & Zed, y tal vez esto le reste originalidad al conjunto, porque encontramos homenajes a las películas de la Universal de los años 30, mucho de Tim Burton, la factoría Henson, el primer Peter Jackson, los cuentos clásicos. Hay demasiados elementos en la historia y eso hace que termine por resultar embarullada: líos palaciegos, leyendas antiguas, extraños objetos de poder, un castillo medieval.

Lo más fascinante de Frank & Zed, aparte de esos portentosos logros en la animación, es el increíble diseño de los protagonistas y todo lo que les rodea: ese día de la marmota en el que cada uno precisa del otro para sobrevivir, una amistad forzada siempre amenazada por elementos exteriores. Según avanza la historia, y tienen lugar las maquinaciones de los malos, los personajes que dan titulo a la película terminan por ir difuminándose y, cuando llega el baño de sangre, la película se transforma en el tercio final de Braindead y nuestros protagonistas desaparecen.


Pero, oigan, nada de lo anterior es malo, simplemente que sentí perder el tono nostálgico que tiñe la primera mitad de la película; por lo demás encontraremos sangre (mucha), desmembramientos (incontables), zombis (en aumento), cerebros, ojos que se salen, cabezas que explotan… Frank & Zed debería verse repetidas ocasiones para llegar a comprender todo lo que ocurre.

Frank & Zed es una obra de amor a una forma olvidada de entender la animación, una carta abierta a todos esos que, como yo, piensan que en el ecosistema de la animación hay sitio para todos. Basta con ver – y disfrutar – los títulos de crédito finales para comprender la locura, creatividad, gran trabajo y agotamiento que hay tras una historia irregular pero con muy buenos planteamientos.

Firma: Javier S. Donate.

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