Entrevista a Guillem Miró, director del cortometraje Avistament 1978


Un joven mallorquín confinado en Barcelona, apacigua su nostalgia visitando su pueblo con GoogleMaps, hasta descubrir una serie de fenómenos paranormales que le cambiarán la vida.

Cuéntanos el origen de tu cortometraje.

El corto se originó como un juego y un reto durante la pandemia.

Se abrió un concurso de cortos de Mallorca y quise participar. El único problema era que en las bases del concurso ponía explícitamente que tenía que haber imágenes de Mallorca y yo estaba confinado en mi minúsculo piso de Barcelona. Sin medios, sin actores, sin gente que me pudiera ayudar más que mi pareja, decidí que debía encontrar la forma de hacer un corto que apareciese Mallorca, que fuese interesante, que pudiese hacer solo desde mi cuarto y sin gastarme ni un duro. Después de algunas semanas pensando encontré el recurso narrativo: grabación de pantalla y material encontrado. Luego investigué qué temas me atraían más y eran lo más imprevisto que se podía contar de Mallorca, quería dar una visión nueva a un lugar tan sobrexplotado visualmente. Ahí salió la surrealista trama: suplantación de cuerpos por extraterrestres.

El corto es la mezcla de una idea absurda con un método narrativo poco convencional. Un experimento que humildemente creo que ha salido muy bien.


¿Cuál ha sido el mayor escollo que te has encontrado a la hora de levantar el proyecto?

Durante la pandemia el tiempo no fue un problema. Y ahí está el problema. Como todo proyecto, acabé dejando pasar el tiempo y me tuve que pegar un maratón durante dos fines de semana para entregarlo en las fechas que me había marcado. Parece que nunca hay tiempo para hacer lo que uno le gusta.


¿Cómo ha sido la acogida en festivales?

La acogida en festivales ha sido muy positiva. Es un corto experimental a la vez de ciencia ficción, lo que lo deja en tierra de nadie. Los festivales alternativos lo ven demasiado narrativo y los de ciencia ficción demasiado raro. Pero a pesar de esto, ha gustado mucho en festivales muy diversos y hasta se ha llevado algún premio en Sudamérica.


¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?

Hacer cortos, a pesar de lo que muchos nos quieran hacer creer, no tiene ningún misterio. Es tan sencillo como ir haciendo cortos y dejar pasar el tiempo. Sin entender muy bien cómo, uno puede ver como los cortos que hace cada vez son más interesantes, más precisos y puede contar más, con mucho menos. La experiencia afila nuestro sentido narrativo y nos hace mejorar como cineastas.

Si un consejo puedo dar y es el que me ha ayudado mucho los últimos años, ha sido ser conscientes de los minutos que necesito para contar la historia que quiero contar. Los cortos son historias breves, tienen otra estructura, otra finalidad y una narrativa diferente a los largometrajes. Ser breve y conciso es siempre una virtud y se debe trabajar mucho. Aburrir no tiene perdón.


¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?

La verdad es que me siento un intruso en este festival. A mi me apasiona el cine en general y no tengo predilección por ningún género. Es más, si tuviera que elegir de los que menos me gustan, posiblemente elegiría el fantástico. El motivo es porque demasiados cineastas creen que por darnos efectos visuales y mundos imaginarios increíbles no vamos a necesitar una historia y es todo lo contrario. Parece que olvidan que las grandes películas de género fantástico, también son grandes dramas o grandes comedias.


¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?

Estoy escribiendo mi segundo largometraje de ficción, una comedia ácida sobre las relaciones familiares y a la vez preparando un documental experimental sobre fenómenos paranormales en las baleares. Crucemos los dedos para que Dios provenga.


¿Dónde se te puede encontrar?

Instagram: @sr_histrionico
Twitch donde una vez por semana hablo sobre teoría de cine y demás: @guillem_miro


¿Película de terror favorita?

Quizás no sea considerada de terror puro, pero Seven es de las películas que he sentido más terror.