Grossmann - Al Morir La Matineé review

Noche lluviosa en Montevideo, durante los años 90. A la sesión de esta película de terror acuden un variopinto grupo de espectadores, y entre ellos hay un asesino que convertirá estas horas en un auténtico infierno.

Título original: Al Morir La Matineé

Año: 2020

Duración: 88 min.

País: Uruguay

Director: Maximiliano Contenti

Guion: Manuel Facal

Música: Hernán González

Fotografía: Benjamín Silva

Reparto: Luciana Grasso, Ricardo Islas, Julieta Spinelli, Franco Durán, Pedro Duarte


Una interesante combinación de terror y nostalgia.

Como decía el filósofo griego “todo fluye, nada permanece”. En la ópera prima de Maximiliano Contenti se homenajea a esas inmensas salas de cine que más tarde se reconvirtieron en multicines y, en su ocaso, se convierten en tiendas de ropa o supermercados. Las puertas del cine Ópera se abren para nosotros, los espectadores.


Noche lluviosa en Montevideo, durante los años 90. A la sesión de esta película de terror acuden un variopinto grupo de espectadores, y entre ellos hay un asesino que convertirá estas horas en un auténtico infierno.

Hay que quitarse el sombrero ante el director Maximiliano Contenti al sacar un proyecto como Al Morir la Matineé en un país tan poco dado al género como Uruguay, aparte de eso descubrir algo que ya es sabido: el buen hacer no depende de la nacionalidad sino de las ganas de hacerlo bien o no. Todo esto viene porque la película es un slasher con aroma clásico, pero también se beneficia de la otra inspiración de Contenti y su guionista Manuel Facal: el giallo y el cine de terror italiano entre los setenta y ochenta. Los colores de Al Morir… son saturados, pero repletos de sabor clásico, con esos cortinajes rojos que impiden el paso de la luz y acallan los gritos de los asesinatos.

Tal vez Al Morir La Matineé se toma demasiado tiempo para establecer el lugar, los personajes y la situación, incluso hay momentos en que su ritmo se vuelve repetitivo debido a que salta de un personaje a otro solo para que no les olvidemos; pero es innegable el amor por el cine de Contenti, quien llena la platea de todas las generaciones existentes de espectadores: el niño que se cuela en el cine para ver su primera película de terror, los adolescentes que entran a perder el tiempo, el primer beso adolescente, el primer contacto sexual y –este soy yo – el tipo que entra al cine a ver “realmente” la película y gruñe por los ruidos, móviles y conversaciones.

Aunque el ritmo ya dije que era pausado, debemos reconocer que el último tercio es un non stop action que se ve beneficiado por los colores de la fotografía de Benjamín Silva – atención al plano del asesino entrando en la sala donde estarán sus víctimas – y unos efectos especiales prácticos del argentino Christian Gruaz que dejan sin habla porque resultan tan físicos como dolorosos y retrotraen al espectador a esos slasher ochenteros con efectos especiales de Tom Savini. Atención a los guiños a clásicos que algunos asesinatos esconden, todo un quiz.

El aspecto interpretativo es correcto, ninguno destaca por arriba o abajo, pero destacaremos Luciana Grasso y Julieta Spinelli, dos heroínas contra el asesino Ricardo Islas, cuya indumentaria ya indica que mejor no cruzarse con este tipo, y al que la película rinde homenaje ya que se trata del primer director de género de terror uruguayo.

Cierto, Al Morir la Matineé no ganará el premio de la originalidad, y a veces da muchas vueltas para entrar en materia, pero, a cambio, triunfa en algo muy complicado: aunar el slasher con la nostalgia sentimental de varias generaciones de espectadores.

Firma: Javier S. Donate.

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