Entrevista a Sandra Arriagada, directora del segmento OnFire en Apps


Entrevista realizada en Blood Window 2020 a Sandra Arriagada, directora del segmento OnFire en Apps.


¿Qué es OnFire?

OnFire es un segmento en clave splatstick que cuenta la historia de un niño nacido en un ambiente de alta vulnerabilidad social, en manos de un desastroso mundo adulto que progresivamente arruina su infancia y por ende, el resto de su vida, pero que de pronto descubre un poder sobrenatural que lo auto protege, gatillado por la rabia. Con su mente, provoca ignición espontánea primero en objetos inanimados y luego, en personas. Mientras va dominando su rara habilidad, va limpiando este mundo de basura y por tanto, despejando el camino hacia su propia felicidad. Burn baby, burn!


¿Cuál es la App que usas/creas para tu segmento?

Tinder, pero en realidad casi todas las Apps de citas.


¿Cómo se te ocurrió la historia?

En RRSS veo constantemente conocidos papitos corazón sacándose mil selfies el par de días al mes, que ven a sus hijos. Parecen fotonovela cutre, recreando un lazo estrecho que no cultivaron ni tienen, abrazando al niño y forzándolo a la sonrisa, sacándole fotos cuando están distraídos o durmiendo. Esa cosificación de los hijos para causar ¿ternura? o proyectar la imagen de querendón y responsable, si ya en Facebook o Instagram da cringe, verlo en aplicaciones de citas para causar empatía en las mujeres que se quieren garchar, es sencillamente el abuso infantil más asqueroso que existe, después del sexual. Una vez me mandaron el pantallazo en Tinder de un conocido canalla bien abrazado a su niño y una autodescripción muy sensiblera de papi luchón. Yo me decía ¿No que esto debiese ser ilegal? Rostro de un menor sin pixelar, en una app de citas, reducido a mero cebo de cacería? Los niños no son tontos. Sienten el abuso, acumulan rabia, unos logran ser resilientes, otros se hunden en el trauma. Y pensé, que ganas de que supieran manejar ese tremendo motor que es la rabia para auto protegerse, ya que su entorno adulto nunca lo hará. Pero en el cine fantástico, sí se puede. Y por eso, surgió OnFire. Qué belleza sublime sería ver a todos esos niños a quienes la sociedad desigual, los padres desastre, los pacos, los curas pedófilos, políticos y tribunales les hacen de su sagrada infancia un infierno, pudiesen devolvérselo a esos adultos brutos, haciéndolos arder con edificio SENAME y todo. Quisiera verlos huir de ahí riendo felices y triunfantes. Y bueno, si la realidad no lo hace, lo hará el cine fantástico que gusta hacer a mí, donde todo eso es posible.


Para OnFire utilizas distintos formatos – imagen real, dibujos animados, redes sociales, cromas - ¿estaba ya en el guion o fue surgiendo?

Siempre me ha gustado el formato híbrido live action/animación pero es escaso y he atesorado en mi mente cada pieza audiovisual que he visto donde se aplique de manera exitosa. Ya la introducción inusual de gráfica en películas mainstream como Zombieland, Scott Pilgrim o Get Duked! me encantaban, sobre todo cuando la intención es cartoonish, pero la inclusión de animación propiamente tal lo he visto muy poco en cine de género. Y claro, en algunos subgéneros más “serios” como el thriller, el horror, es difícil entrelazarla con el live action sin que rompa la necesaria tensión del relato. En splatstick en cambio, puedes romper todo lo que gustes porque la misión es divertir a la vez de horrorizar. Y si le sumamos que el relato ocurre en la subjetiva de un niño de 7 años, cabe todo eso y más. Su imaginario está compuesto de variopintos formatos y claramente, el dibujo es, per sé, el elemento más recurrente. Quise reflejar eso, aplicándolo al servicio de los hitos que se iban contando. Y claro, lo propuse desde la primera versión de guion. La historia de un niño, que se cuente como la contaría él mismo. O lo más similar posible, jeje.


¿Cuáles han sido tus influencias para OnFire?

Me encanta el splatstick, mi lenguaje natural es el humor negro con vísceras y sangre, Reanimator, Bad Taste, Brain Dead, Evil Dead II, Ichi the Killer, Basket Case. Pero ya cuando conocí la trilogía Cornetto del (me pongo de pie) gran Edgar Wright, me dije: este es mi lugar en el mundo, el cine que me gustaría hacer. Para OnFire tomé además una peli que me gusta mucho, que es Matilda de Danny de Vitto, y que no será de género pero que toca mi tema favorito: la rabia y cómo los sucesos injustos de la vida te van metiendo pólvora como un fusil de avancarga y al momento que tu cañón se llena, puede ser un motor poderosísimo. “Rage is Comedy” dicen. Y es que la rabia puede llevarte a crear cosas maravillosas si te la tomas en joda o autodestruirte si la abordas en serio. Y yo elegí lo primero. Como cineasta y persona.


Tal como dijo Alfred Hitchcock, ¿es complicado trabajar con niños?

Nada. Es más complicado trabajar con divos. Y divas. Y sobre eso, me prometí nunca más trabajar con actores que lo único (o más) que han hecho en la vida es tele y viven en una burbuja de autocomplacencia, amiguismo, rumorcillos y falta de autocrítica. Lo lamento pero a mi me cansan los egos. El cine es un espacio de creatividad y felicidad. Para aguantar giles, postulo a un trabajo tradicional y al menos tendría jubilación.


¿Crees que OnFire daría para una película?

Tal vez. Hay tanto adulto que merece arder, que 60 páginas se harían pocas.


Qué puedes contar de tus próximos proyectos.

Para 2021 hay 2 películas y una serie con sus respectivos crew y cast. Jesús quiera que COVID nos dé un respiro y podamos seguir nuestros planes al pie del calendario. Sino, pues venga la flexibilidad y buen ánimo. Tengo bastante. La cosa es concretar.


¿Película de terror favorita?

Tren a Busan, por lejos. Si bien amo hacer splastick, como espectadora necesito que me hagan emocionar, horrorizar, reír y llorar. Y los coreanos logran hacerlo como nadie. Por eso para mí es un sueño que en Blood Window, uno de nuestros proyectos que es Matria haya sido premiado por el Festival BIFAN y el 2021 esté allá.