Entrevista a Isaac Berrocal, director del segmento Segunda Cita en Vampus Horror Tales


Entrevista realizada a Isaac Berrocal, director del segmento Segunda Cita en Vampus Horror Tales.


¿Qué nos puedes contar de Segunda Cita?

Es una historia dramática que poco a poco va adquiriendo tintes de terror. Dos personas que para una segunda cita deciden pasar el fin de semana en una casa en la montaña con amigos, pero que las circunstancias van tornando la situación, y el ambiente se vuelve extraño. Se trata de un relato que a su vez juega con las frustraciones de la gente, de lo que nos venden en las redes sociales, de metas inalcanzables que terminan en depresiones ante el fracaso. No es una historia que la ves y te olvidas, es una historia que te deja pensando en lo que dicen sus personajes, en la que tal vez en un primer o segundo plano te puedas sentir identificado. Lógicamente tiene su lado macabro para convertirse en una historia digna de señor Vampus, pero el trasfondo es casi tan aterrador como su final.


¿Cómo llegaste al proyecto?

Pues un día me llamó Víctor Matellano y me habló de una idea que estaba en proceso de validación. Me explicó en qué consistía, con lo que me pareció una buena idea. Yo vengo del cortometraje, y trabajar en un largometraje con una historia corta me parecía muy apropiado. A parte no dejaría de ser el debut en un largo, y además tenía la oportunidad de trabajar en un equipo consolidado para el film, es decir, que el equipo es el mismo, pero varía el director y los actores, con lo cual el film tendría una estructura homogénea donde se guardase siempre la línea de la historia tanto en look como en historias unidas por un denominador común, el señor Vampus y sus historias de amor.


El guion es tuyo, ¿cómo surge la idea?

Las “reglas” para escribir una historia eran simples; que se compusiera de pocos personajes, una única localización, y que contara con un final creepy, con lo cual me atraía bastante el proyecto porque yo soy muy de pocas localizaciones y pocos personajes.

En un principio escribí una historia de humor negro, se trataba de un fisioterapeuta que al desbloquear el cuello a un paciente (hacerle crujir, para que nos entendamos), se lo parte dejándole tetrapléjico, y todo giraba en torno a ver cómo podía deshacerse de él sin que el resto de pacientes que esperaban fuera, se percatasen. Era una historia divertida, pero no me llegaba a llenar, con lo cual decidí escribir algo más dramático, con un trasfondo social donde la frustración ante la vida de lujos que algunos famosos nos dan a través de las redes sociales, hiciera mella en un individuo normal y corriente. Algo más elaborado que durante el transcurso del metraje va dando indicios del grave nivel de frustración que tiene el tipo, o nosotros en general.


¿Cuáles fueron tus referentes a la hora de rodar Segunda Cita?

Pues teniendo en cuenta que la productora nos hablaba de Alfred Hitchcock Presenta, Historias de la Cripta o Historias para no dormir entre otros, para tener el referente de lo que se buscaba, yo me inclinaba más por Hitchcock, y como referente, tal vez un cine más europeo, con una tensión sutil que va desarrollándose poco a poco y que evita que los sustos y la sangre sean el entretenimiento principal, y para que en su lugar sea la propia escena de los dos personajes conociéndose el disfrute de todo, y no solo la espera del giro final o el conejo que sale de la chistera.

Si tengo que referirme a alguna película o director podría poner a Michael Haneke o Darren Aronofsky por ser directores que dan mucha importancia a la historia y menos a los efectos visuales, y como película siempre tuve claro que tenía que ser como un episodio de Alfred Hitchcock Presenta.


Háblanos del casting y cómo construiste con ellos los personajes.

Cuando escribí la historia tenía claro que Erika Sanz tenía que ser el personaje femenino, podría decirse que lo escribí para ella. Erika es una actriz que ha trabajado en varios de mis cortos, es muy buena, y no lo digo por regalar oídos, es que realmente se mete en el papel, le interesa mucho llegar hasta la médula de cada personaje que interpreta, y se deja la piel en ello. Para hacer el papel de invidente contó con el asesoramiento de Vicente, un chico invidente que ya ha ejercido más de una vez como asesor en cine, y que le explicó a Erika de una manera muy precisa cómo debía comportase y cuáles debían ser sus movimientos y por qué.

Erika no sólo toma apuntes de lo que le dicen, sino que ella misma observa y mimetiza esa personalidad, con lo cual el resultado es realista, tienes una invidente que se le tuercen los ojos, que tiene ese peculiar movimiento de cabeza y que queda muy lejos de ese estándar de interpretación que solemos ver en las series o películas donde sabemos que es ciego porque lleva un bastón.

Para el papel del chico la cosa era también muy peliaguda, la verdad es que no tenía claro quien podía hacer ese papel, porque no quería un tipo grande como podía parecer al leer el guion, quería alguien normal, de voz agradable alguien que te pudiera generar confianza pero que guardase un monstruo en su interior. Fue Matellano quien me propuso a Nacho Guerreros, y lo cierto es que a priori me vino a la cabeza lo que a cualquiera le podía venir, Coque, de La que se Avecina, aunque ya le había visto en un cortometraje de terror y recordaba el impacto que me produjo verle fuera de ese papel cómico. Víctor me dijo que le había visto en la obra de teatro que representa, Juguetes Rotos, y me dijo que era increíble en escena. Después me enseñó fotos retrato de él en blanco y negro, y era evidente que daba en cámara para un papel dramático, por lo cual no tuve reparo en decirle que me parecía idóneo, fe ciega en Víctor.

Con Nacho hice igual que con Erika, nos reunimos y hablamos sobre el personaje y el guion, y analizamos de dónde venían, qué había pasado en la primera cita y qué nivel de confianza debían tener en lo que sería la segunda cita. Pues la precuela de todo esto sería una cita a ciegas (nunca mejor dicho) a través de una agencia, todo esto daría lugar a una cita mucho más cercana e íntima.

Nacho y Erika ensayaban juntos, yo me mantenía al margen, me gusta que los actores construyan los personajes y directamente en el set lo saquen a flote, puedo corregir un poco de aquí o de allá, pero por lo general la idea queda clara y la libertad para que desarrollen el personaje es esencial para que lo hagan suyo y quede natural.


¿Te gustaría volver a participar en el universo Vampus?

No me importaría en absoluto, me parece un formato maravilloso, poder contar historias cortas enlazadas por una trama común, ¡y encima con el aliciente de no pegarte una paliza de semanas en un rodaje! Volvería a firmar.


¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy intentando conseguir financiación para un proyecto de largometraje llamado Amork, que es un juego de palabras entre el síndrome de AMOK y la palabra AMOR. Se trata de una historia donde un tipo cae en una espiral caótica debido a una serie de frustraciones que nunca ha podido superar. Es una historia muy en la línea de Seul Contre Tous (Gaspar Noé). Óscar Jaenada se interesó por el personaje principal, pero se trata de una producción algo compleja, que no cara, por lo que hay que dar con una productora que quiera financiarla.


¿Película de terror favorita?

Es difícil decir una película únicamente, podría decir las tres que a mi más me gustan, o que de alguna forma más han influenciado en mi perspectiva de ver el cine de terror. Por ejemplo La Matanza de Texas siempre fue un referente para mí, unos personajes enfermizos y un look desolador y asfixiante que realmente me atrae. Por otro lado creo que El Exorcista es la película por excelencia del terror, creo que no hace falta decir nada al respecto. Y luego como película que realmente me da mal rollo, y que si tengo ganas de ir al baño por la noche, me lo pienso, esa es Paranormal Activity, y es que no hay nada más inquietante que un plano fijo y entes malignos deambulando por tu domicilio.