FrightFest - Dead review

El agente Tagg se levanta y de cintura para abajo solo lleva las botas y su calzoncillo. Le cuesta pero termina por darse cuenta de que está muerto, que es la víctima de un serial killer y que su única ayuda es Marbles, un porrero que ve muertos. Con el tiempo en contra y la lista de víctimas subiendo, policía y porrero deben unir fuerzas.

Título original: Dead

Año: 2020

Duración: 90 min.

País: Nueva Zelanda

Director: Hayden J. Weal

Guion: Hayden J.Weal, Thomas Sainsbury

Música: Tom McLeod, William Philipson, Tom Pierard, Jimmy Urine

Fotografía: Tammy Williams

Reparto: Hayden J. Weal, Thomas Sainsbury, Jennifer Ward-Lealand, Tomai Ihaia.


La película que llega casi treinta años tarde.

Algunas películas juegan a lo retro, les gusta ambientarse en el pasado para buscar sensaciones que – según los autores – ya se han perdido. Dead es otra liga: es una película de hoy en día que se siente como vieja por lo que cuenta, cómo lo cuenta y las sensaciones que deja su visionado.


El agente Tagg se levanta y de cintura para abajo solo lleva las botas y su calzoncillo. Le cuesta pero termina por darse cuenta de que está muerto, que es la víctima de un serial killer y que su única ayuda es Marbles, un porrero que ve muertos. Con el tiempo en contra y la lista de víctimas subiendo, policía y porrero deben unir fuerzas.

Siento empezar tan en lo alto pero Dead es una película que aburre debido a demasiadas razones: el guion – firmado a medias entre los protagonistas Hayden J. Weal y Thomas Sainsbury – intenta ser gracioso, añadir elementos de buddy movie con una pareja tan imposible que podría funcionar pero no, es imposible debido a que cuando Dead va de seria no interesa y cuando va de cómica no hace gracia.

Ignoro si Hayden J. Weal y Thomas Sainsbury son gays en la vida real, pero su representación del mundo gay – a ver, que igual en Nueva Zelanda las cosas son así de añejas– está tan llena de tópicos que una película de 1978 como La Jaula de Las Locas, resulta más moderna. Vale, dejemos a un lado todo el rollo gay y centrémonos en la intriga que consiste, básicamente, en ir varios pasos por detrás del asesino hasta que este da la cara y ¡sorpresa! con un flashback de cinco minutos nos cuenta cómo hemos llegado hasta aquí. Debo decir que la identidad del malo me sorprendió, sobre todo porque podría ser ese como cualquier otro, pero a esas alturas de película ya estaba más allá del bien y el mal.


Hayden J. Weal, como el aguerrido policía y Thomas Sainsbury como el porrero que ve muertos y vive de ello, son los protagonistas absolutos y debo decir que Sainsbury me resulta una de las presencias más irritantes que he visto en mucho tiempo, debido a que no me resulta buen actor y que su voz no acompaña, aparte que su personaje carece de interés alguno. Hayden J. Weal cumple un poco más pero su vis cómica está ausente.

A estas alturas podríais decirme que me estoy cebando con Dead, y os aseguro que no es así, pero es me agotó la acumulación de torpezas, de colocaciones absurdas de la cámara, el que la historia sea tan tópica y caprichosa, que los autores no hayan buscado algo medianamente novedoso…

Todo esto es lo que entierra Dead.

Firma: Javier S. Donate.

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