Otra Vuelta de Tuerca review


Kate es contratada como institutriz de dos niños por su tutor, que tiene que hacerse cargo de ellos tras el fallecimiento de sus padres en un accidente de tráfico. Pronto, Kate se da cuenta de que la mansión esconde un secreto del que nadie quiere hablar y que poco a poco irá descubriendo.

Título original: The Turning

Año: 2020

Duración: 94 min.

País: Reino Unido

Director: Floria Sigismondi

Guion: Carey W. Hayes, Chad Hayes

Música: Nathan Barr

Fotografía: David Ungaro

Reparto: Mackenzie Davis, Finn Wolfhard, Brooklynn Prince, Barbara Marten, Joely Richardson, Niall Greig Fulton, Denna Thomsen, Kim Adis


Peculiar versión de un clásico del terror.

Nos encontramos ante una adaptación libre de la novela The Turn of the Screw de Henry James, que se tradujo al español como Otra Vuelta de Tuerca, en la cual se intenta poner al día el tema de los fantasmas y apariciones. El libro está ambientado, más o menos, en la época victoriana, es decir en los albores del siglo XIX, Otra Vuelta de Tuerca transcurre en la actualidad. Hacemos hincapié en esto ya que el tiempo transcurrido desde la obra literaria hasta ahora se nos antoja bastante largo, así como las circunstancias. Sí además intercalamos toda la clase de films que se han realizado en este periodo y de este tema, entonces la distancia se convierte en abismal. No es que estemos en contra de las adaptaciones libres pero precisamente esta novela ha tenido una que es considerada para muchos una obra maestra del terror y, nos atreveríamos a decir, del cine en general. Nos estamos refiriendo a la mal titulada en español Suspense (The Innocents. Jack Clayton, 1961), dando la impresión de que estamos ante un remake, cosa de la cual nunca he sido un fiel seguidor.


La verosimilitud de esta nueva adaptación se disuelve como un azucarillo dentro de un café poco cargado. Poco a poco la directora, Floria Sigismondi, especialista en vídeos musicales, nos va indicando por donde irán los tiros, que no son otros que intentar que se nos pongan los pelos de punta a base de sustos fáciles que hacen que nos cansemos enseguida de mantener la tensión, cosa que, por otra parte, tenemos que reconocer que nos gusta. Base para ello tenía, ya que la historia original puede llegar a convertirse, según hemos comentado anteriormente, en algo realmente terrorífico.

Kate es contratada como institutriz de dos niños por su tutor, que tiene que hacerse cargo de ellos tras el fallecimiento de sus padres en un accidente de tráfico. Pronto, Kate se da cuenta de que la mansión esconde un secreto del que nadie quiere hablar y que poco a poco irá descubriendo.

Carey W. Hayes y Chad Hayes desarrollan un guion que no se aparta excesivamente de la idea original salvo la obvia puesta al día en cuanto a escenografía, etcétera. Lo que nos acaba de matar es un final que no entiende nadie. El que haya tenido la suerte de leer el libro o de haber disfrutado de la adaptación de Jack Clayton, cuyo guion estaba a cargo de Truman Capote, puede llegar a pasar página, pero como esto no lo pone en el manual de instrucciones, es un elemento que la penaliza sin piedad.


Las interpretaciones salvan algo los muebles. Para empezar una desaprovechada Mackenzie Davis (MarteBlade Runner 2049) en el papel de Kate. Seguimos con el popular Finn Wolfhard (Stranger Things, It), el cual dota a su carácter, Miles, de un toque siniestro que le sienta muy bien. Acabamos el trío protagonista con la jovencísima y futura promesa Brooklynn Prince, que da vida a la hermana pequeña, Flora. En un papel algo menor nos encontramos con la veterana Barbara Marten.

Para finalizar decir que estamos ante una película que no dudamos que tenga sus seguidores, sobre todo aquellos a los que les guste el susto fácil. Creemos que esto tiene que ir unido a una historia no muy complicada de seguir y con un final digerible, por aquí creo que se pueden empezar a torcer las cosas.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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