Hex review

Los hermanos Trepanier, Ben y Daniel, viajan a Camboya junto a su amigo Isaac como bálsamo ante la muerte de su padre. Ben se topará con Amber y, enseguida, saltará la chispa entre ambos. Lo que Ben ignora es que Amber oculta un secreto y que extrañas fuerzas la rodean.

Título original: Hex

Año: 2018

Duración: 85 min.

País: Estados Unidos / Canadá

Director: Rudolf Buitendach

Guion: Rudolf Buitendach, Christian Piers Betley

Fotografía: Stefan Ciupek

Música: Savage & Spies

Reparto: Jenny Boyd, Kelly Blatz, Ross McCall, Adrian Hough, Philip Philmar, Sarita Reth


Irregular mezcla de tópicos.

Siempre se ha dicho que todas las historias ya están contadas y solo cambia la forma de hacerlo. Hasta ahí bien, a veces los tópicos sirven para que el espectador entre más rápido a la película, pero de eso a lo que encontramos en Hex hay un mundo de diferencia.


Los hermanos Trepanier, Ben y Daniel, viajan a Camboya junto a su amigo Isaac como bálsamo ante la muerte de su padre. Ben se topará con Amber y, enseguida, saltará la chispa entre ambos. Lo que Ben ignora es que Amber oculta un secreto y que extrañas fuerzas la rodean.

El director sudafricano Rudolf Buitendach salta de los thrillers como Selling Isabel al terror sobrenatural y junto con Christian Piers Betley escribe la típica historia de chico- conoce-a-chica añadiendo que la chica está loca o algo raro pasa con ella, pero se olvidan de algo fundamental: para que historias como estas funcionen hay que trabajar la intriga y el ritmo más que añadir secuencias supuestamente terroríficas en las que no queda claro – o puede que no interese como fue mi caso- qué demonios está pasando. Para que el espectador entre al juego en esta historia caprichosa es necesario que exista una tensión intensa entre los protagonistas, que nos explique por qué siguen juntos a pesar de los peligros, y la solución de Betley y Buitendach es jugar al softcore ya que Amber se desnuda a la mínima de cambio para tener sexo con Ben, pero las escenas sexuales no dicen mucho e incluso hay alguna, como la de la felación, que parece de película porno amateur.

La labor de Buitendach tras la cámara parece más centrada en filmar Camboya de cara a un reportaje turístico que convertirla en el escenario de una historia mínimamente interesante; por esto hay que destacar la labor fotográfica de Stefan Ciupek ya que dan ganas de ir a esas playas, caminar por esos bosques e incluso perderse en las Raves de Camboya que, según nos cuenta la película, deben celebrarse en lugares paradisiacos. Sorprende que Rudolf Buitendach también trabaje como montador y sin embargo Hex tenga unas transiciones torpes, con fundidos a negro, que parecen más propias de una película alemana de sobremesa que una historia de terror.


Ahora centrémonos en los protagonistas que esto mejora. Kelly Blatz encarna a Ben y resulta poco interesante no solo porque su personaje piense con la entrepierna – un poco de cama y ya casi le propone matrimonio a Amber – sino porque Blatz se nota poco implicado con un gesto perpetuo de “qué demonios hago en esta película”. Lo mismo puede decirse de Jenny Boyd que se desnuda cada diez minutos por exigencias del guion y se dedica a poner caras raras para que el espectador entienda que le pasan cosas extrañas; ah, y la química entre ambos es nula. Del resto de los personajes no hablo porque son inexistentes.

Hex es una cinta que parece amateur más que una cuarta película, de la que solo destacaría los paisajes de Camboya y las camisas que lleva el protagonista masculino ya que me compraría todas sin dudar.

Firma: Javier S. Donate.