Crónica Festival terrorMolins 2018 día 5


Nos encontramos en el ecuador del Festival y estamos más frescos que una lechuga. No sería así si no tuviéramos ante nuestras narices una excelente programación que los sesudos miembros de la organización llevan casi un año preparando. Vamos por materia.


Teatro de la Peni
Como ya comentamos en la crónica del primer día, hoy tiene lugar la Sesión Movistar gratuita con una doble proyección. Para empezar Leatherface de Alexandre Bustillo y Julien Maury. El guion corre a cargo de Seth M. Sherwood. Estamos ante una nueva entrega de la mítica saga iniciada por Tobe Hooper, y decimos nueva, porque ya hemos perdido la cuenta de adaptaciones, reboots, secuelas y precuelas que lleva La Matanza de Texas a sus espaldas. Tal vez estamos ante la adaptación más distante en cuanto al film original se refiere, esto es algo malo y bueno en mi opinión. La parte buena es que aporta mucho material nuevo y arroja luz sobre los inicios de la familia Sawyer. Como parte negativa cabe destacar que al alejarse tanto de su predecesora esta pierde toda la esencia de la saga.  Podría decir que el drama cubre una importante parte en la cinta, tanto que sus orígenes de slasher quedan en segundo plano. Aunque el trabajo de los directores franceses en el apartado de casquería es sobresaliente para tratarse de un film comercial destinado a un público casual. Amantes de la obra maestra que Tobe Hooper nos regaló en 1974 podéis estar tranquilos, pues esta pareja de directores franceses lo único que nos hacen es ampliar un poco más este macabro universo, nos puede gustar más o menos, pero como mínimo personalmente agradecemos que no sigan metiendo el dedo en la llaga, con más remakes innecesarios o secuelas absurdas. En las interpretaciones tenemos a Stephen Dorff, Lili Taylor y Sam Strike. Los dos pequeños de la familia Sawyer son recluidos en un centro de menores, pasan los años y por fin ven una oportunidad de escapar. Acompañados de otros dos internos y con una enfermera como rehén emprenderán un viaje que les hará ver la crueldad del mundo de los mayores. Así es como se forja el nacimiento de Leatherface.

El segundo de los films que integran esta proyección es Los Hijos de Satan (Los Huérfanos), escrita y dirigida por Joko Anwar. No vamos a ser nosotros quienes os descubran el cine indonesio. Basta solo con nombrar The Raid (Serbuan Maut. Gareth Evans, 2011), The Raid 2 (The Raid 2: Barandal. Gareth Evans, 2014) y Headshot (Kimo Stamboel, Timo Tjahjanto, 2016) para que os hagáis una idea de un tipo de cine tenebroso, abrupto, que va al grano y también, por llamarlo de alguna manera, tierno. La filmografía de Joko Anwar se ha movido en su mayoría en el género de terror. Como muestra basta recordar la fantástica Modus Anomali (2012), la cual causó una grata impresión en su estreno. En esta ocasión se alía con Satán para ofrecernos una obra con un buen planteamiento. Satan’s Slaves contiene unas muy bien rodadas escenas escabrosas que esconden algún que otro susto y que se asemejan, no sabemos si como homenaje o no, a películas de culto asiáticas. Entremedio un drama familiar que cuenta con unas buenas interpretaciones. El guion, por lo tanto, se torna demasiado costumbrista para el gusto occidental. No obstante esconde algún que otro toque de humor basado, precisamente, en producciones algo alejadas de Asia y con la explotada sábana como protagonista. Y es que fantasmas los hay, contando también con una buena legión de zombis salidos de no sabemos dónde pero que dan oportunidad de lucimiento al departamento de maquillaje. Destacar el buen trabajo actoral encabezado por Tara Basro, una actriz que se aleja bastante de sus trabajos anteriores para encarnar a Rini, una especie de heroína al frente de una peculiar familia. Seguimos con Bront Palarae en su papel de pater familias. Acabar mencionado a los niños Endy Arfian, Nasar Annuz y M. Adhiyat por su meritorio trabajo. Rini es la mayor de cuatro hermanos que sufre en sus carnes la misteriosa muerte de su madre, una famosa cantante ya olvidada de Indonesia. Tras su fallecimiento, la madre regresa a casa para recoger a sus hijos.

No abandonamos la sala pero vamos a centrarnos seguidamente en la Sección Oficial a Competición en una gran sesión doble. La primera de las películas es The Witch in the Window, cuya autoría recae íntegramente en Andy Mitton. Resulta sorprendente que lo haya vuelto a hacer y en está ocasión totalmente en solitario, Andy Mitton, dirige, escribe, y compone la música al igual que en su anterior trabajo We Go On. Sorprendente el trabajo de este cineasta que parece no tener freno y el cual nos va a tener esperando para poder ver su siguiente película. Un ejemplo de lo que se puede hacer con una buena idea a pesar de contar con un presupuesto bajo, una película indie que en cierta manera reinventa el subgénero de las casas encantadas. Cambia el concepto tanto en el trato de sus personajes y relación con el problema en estas usualmente viejas viviendas, rehúye de las escenas oscuras donde esconder la falta de ideas originales o la búsqueda del susto fácil en muchas ocasiones y marca un tempo al igual que ya lo hizo en sus trabajos anteriores, que dota a la historia de cierta credibilidad. The Witch in the Window, resulta más sutil que We Go On, por ejemplo en el personaje de Lydia de quién no os puedo contar nada para evitar spoilers, o las interpretaciones del reducido elenco, otro punto a tener en cuenta en la película, ya que estamos hablando de un reparto de apenas cinco o seis personas de las cuales, solo tres tienen un peso narrativo destacado.
Aunque ya se ha visto en otros films, incluso obras con un solo actor protagonista, está ecuación funciona si los interpretes lo hacen, y éste, afortunadamente, es uno de esos casos. Alex Draper carga con el peso de la historia cubriendo de manera holgada los cambios de registro, así como el joven actor Charlie Tacker. Simon decide restaurar una casa de campo para vivir, para ello, contará con la ayuda de su joven hijo Finn, quién no se muestra muy convencido de ello. El problema es que no parecen estar solos, la presencia en la casa de su anterior propietaria se hace cada vez más presente a medida que mejora la vivienda.

Vamos con la segunda que no es otra que Vuelven (Tigers Are not Afraid) de Issa López, encargada asimismo del guion. ¿Qué puede salir si mezclamos en una coctelera un cuento de príncipes y guerreros con el cartel de la droga, los fantasmas y algún que otro tigre? El resultado podría ser para tirarlo a la basura o para chuparse los dedos. Todo dependerá de las dosis de cada ingrediente y del saber hacer del barman. Issa López lo mezcla y lo remezcla todo con sabiduría, saliéndole una copa presta para degustar por los paladares más exigentes. La historia esconde tintes poéticos, cosa que lejos de intentar tapar lo truculento, lo ensalza, es decir, magnifica la percepción entre triste y terrorífica que nos invade conforme van pasando los minutos. Se puede rodar lo mismo de muchas maneras, pero la crudeza de las situaciones que transcurren en este film, quedan tamizadas, afortunadamente, por esa capa de calidad. Para sentir esas sensaciones contamos con la excelente banda sonora original a cargo de Vince Pope, sumamente acertada. Destacar los efectistas y comedidos efectos de animación que no hacen más que zambullirnos en esos mundos paralelos casi sin darnos cuenta. Como contrapunto una fotografía oscura y decadente, a cargo de Juan José Saravia, que no hace más que transportarnos a la cruda realidad, y unos efectos especiales simples pero muy efectivos. Os estaréis preguntando ¿de dónde viene el título en inglés?, os contesto con otra pregunta: ¿Habéis visto o habéis oído hablar de algún tigre que tenga miedo? Las interpretaciones son uno de los puntos fuertes del film. Están todos maravillosos. Destilan naturalidad y al mismo tiempo, como si de magia se tratara, savoir faire. Empezamos por Paola Lara, una niña que tiene que afrontar un oscuro destino. Seguimos con Juan Ramón López, una especie de jefe de una banda algo especial. El resto del reparto cumple ampliamente con la labor. Nombrar a Rodrigo CortésHanssel CasillasIanis Guerrero y Tenoch Huerta. Estrella, que es hija única, vuelve del colegio y su madre no está en casa. Desesperada la busca por todas partes. Sin nadie a quién recurrir acaba en la compañía de unos niños con los que vivirá situaciones que ni en el más terrible de sus sueños habría llegado a imaginar.


Sala Gótica
Nos toca ahora comentar la programación de hoy de esta sala. Para empezar la checa El Incinerador de Cadáveres de Juraj Herz. Está basada en la novela homónima de Ladislav Fuks que también colabora en el guion. Pocas películas se nos ocurren que tengan un inicio más sugerente que el de El Incinerador de Cadáveres. Un padre de familia en un zoológico contemplando la jaula del leopardo junto a su esposa, mientras recuerda cómo ambos se conocieron allá tiempo atrás. El montaje rápido y la excelente fotografía en blanco y negro hacen que esta pequeña escena nos entre ya por los ojos: mientras ese hombre habla en off sobre las bondades de su familia (una hija adolescente y otro hijo menor), la frenética sucesión de planos de sus rostros, de las jaulas y de los animales nos resultan confusos. El contraste entre la placidez de su discurso y la casi violencia de las imágenes nos resulta chocante. Y para acabar un plano muy significativo: el reflejo de esta familia aparentemente perfecta desde un espejo que distorsiona su imagen. De todas las maravillosas películas que salieron de la fructífera hornada del nuevo cine checo de los 60, El Incinerador de Cadáveres es una de las que ha perdurado más con el paso del tiempo, y con razón. Quizá influya el hecho de que su historia no esté unida a la situación política de la época como la de otras obras que, en su necesario afán por denunciar la realidad del momento, han quedado quizá demasiado ligadas a un contexto concreto. O quizá sea su tono, menos enigmático y metafórico y más marcadamente humorístico, aunque no por ello exento de escenas alucinatorias. En el elenco tenemos a Rudolf Hrusínský, Vlasta Chramostová y Jana Stehnová. La acción sucede en la Checoslovaquia de los años 30. Karel Kopfrkingl es el encargado de un importante crematorio que tiene una existencia en apariencia ordenada totalmente entregado a su trabajo. En una mezcla de espiritualidad de andar por casa y una curiosa obsesión con la cultura tibetana, Karel cree que al quemar los cuerpos está liberando las almas de esos seres que luego se reencarnan en otros.

En segundo y último lugar asistimos a la proyección de la inglesa La Noche del Demonio de Jacques Tourneur. En el guion Charles Bennett y Hal E. Chester. Estamos ante una de las mejores películas de temática demoniaca de todos los tiempos. Pese a ser un film respetado, nunca ha llegado a ser tan famoso como El Exorcista o La Profecía, aunque no tenga nada que envidiar a estos clásicos. Reflexionando sobre ello, nunca queda claro si esta película se adelantó a su tiempo o, directamente, es única. En 1957 el terror paranormal no estaba de moda, aunque ese mismo año la productora británica Hammer comenzara su exitosa andadura gótica con La maldición de Frankenstein, de Terence Fisher. El cine americano había cambiado los terrores de ultratumba por coloridas amenazas extraterrestres y mutaciones radiactivas, así que estrenar una cinta en blanco y negro, no ya sobre vampiros u hombres lobo, sino sobre magia negra y demonios –algo escasamente popular hasta finales de los 60– no era algo razonable. A pesar de que en el largometraje no escasea la actividad paranormal e incluso los sobresaltos –esta película es una de las primeras en recurrir a los sustos del cine de terror contemporáneo, y todavía es efectiva en ese aspecto–, Jacques Tourneur siempre intenta mantener la narración en el terreno de lo ambiguo, y por ello siempre renegó de la imposición que le hicieron los productores, consistente en mostrar en pantalla al demonio ejecutor de la maldición. En las interpretaciones tenemos a Dana Andrews (Laura, Los Mejores Años de Nuestra Vida), Peggy Cummins (El Demonio de las Armas), Niall MacGinnis (Jasón y los Argonautas, Helena de Troya) y Liam Redmond (Barry Lindon). El Dr. William Holden es un psiquiatra que acude a Londres a una convención sobre el fenómeno del ocultismo. Al llegar, recibe la noticia de que uno de sus más estimados colegas, el profesor Harrington, ha muerto en un extraño accidente, y todo parece relacionado con un célebre brujo llamado Karswell, quien estaba enemistado con Harrington a causa de unos artículos en los que el científico le acusaba de fraude.

Bueno, esto ha sido todo por hoy. Una gran jornada que sin duda quedará en nuestro recuerdo… hasta mañana.