El destripador de Nueva York review


Título original: Lo squartatore di New York

Año: 1982

Duración: 91 min.

País: Italia

Director: Lucio Fulci

Guión: Gianfranco Clerici, Lucio Fulci, Vincenzo Mannino, Dardano Sacchetti

Música: Francesco De Masi

Fotografía: Luigi Kuveiller

Reparto: Jack Hedley, Almanta Suska, Howard Ross, Andrea Occhipinti, Alexandra Delli Colli, Paolo Malco, Cinzia de Ponti, Cosimo Cinieri, Daniela Doria, Babette New, Zora Kerova


El Pato ataca con toda su furia.

En las décadas de los setenta y ochenta, era posible llevar a cabo producciones impensables en la actualidad. La carga sexual implícita en El destripador de Nueva York, es tremenda y la misoginia hacia el género femenino, inunda la filmación de principio a fin. Eran otros tiempos y todo era posible. Directores como Argento, Bava o el mismo Fulci, abarrotaban las salas de cine con cada estreno. Por este motivo y gracias a una imaginación desbordada, el realizador romano Lucio Fulci (1927-1996), cuenta en su haber con una amplia e intensa filmografía que ha hecho vibrar a varias generaciones. Zombi 2, Zombi 3 o Aquella Casa al Lado del Cementerio son sólo algunos ejemplos, de la fructífera carrera del director.

En su etapa dorada, la peculiar forma de rodar de Fulci sale a relucir desde los primeros compases. Primerísimos primeros planos de boca y ojos se suceden con escenas de violencia desmedida, donde nada escapa a nuestra vista. Además, la obsesión del director por mostrar, sin ningún tipo de reserva, profundas incisiones y cortes en los cuerpos de mujeres atractivas, queda sobradamente manifestada. Para ello cuenta con unos efectos especiales que, a pesar del tiempo transcurrido, logran sobrecoger al más curtido de los espectadores.

Con un guión sencillo y sin grandes aspiraciones artísticas, la historia nos lleva a conocer a un asesino en serie apodado el Pato, gracias a la voz distorsionada que utiliza en sus apariciones. Aunque es preciso decir que los diálogos no son uno de los puntos fuertes del film. De tan absurdos, a veces pueden llegar a provocar alguna carcajada. También los personajes se muestran plagados de tópicos y vemos al habitual investigador de policía, interpretado por Jack Hedley, ir completamente perdido detrás del maníaco. Como era de esperar, la parte femenina del elenco está formada por una tropa de bellezones, tan usuales como imprescindibles en aquella época.

Nueva York vive atemorizada desde la aparición de un demente que descuartiza a chicas jóvenes para calmar sus locas ansias. El detective Fred Williams es el encargado de llevar el caso y para ello, cuenta con la ayuda del psicoanalista Paul Davis. El escurridizo criminal tendrá en vilo a toda la ciudad, al utilizar métodos cada vez más sanguinarios.

Sin duda, una de las obras más brutales de Fulci y una de las responsables de situar al cine de género italiano, en el lugar que le corresponde. Algo criticada en su momento, el paso de los años ha mejorado la percepción de este clásico de los Giallos, que tantas alegrías han dado a los aficionados de todo el mundo.

Firma: Sergio Bosch.