Pee Mak review


Título original: Pee Mak

Año: 2013

Duración: 115 min.

País: Tailandia

Director: Banjon Pisanthanakun

Guión: Nontra Khung, Banjon Pisanthanakun, Chantavit Dhanasevi

Música: Chatchai Pongpraphaphan, Hua Lampong Riddim

Fotografía: Narupon Sohkkanapituk

Reparto: Mario Maurer, Davika Hoorne, Pongsathorn Jongwilas, Nattapong Chartpong, Auttarut Kongrasri, Kantapak Permpoonpatcharasook


Una tierna historia de fantasmas.

El Reino de Siam, originado a mediados del siglo XIV, comprendía lo que ahora es Tailandia, Camboya y Laos. En el siglo XIX sufrió la invasión birmana lo que provocó una guerra que fue el principio del fin de ese Reino.

Sirva esta pequeña introducción histórica para situarnos en que época se desarrolla la trama de esta película, cosa que considero muy importante a la hora de colocar a unos personajes protagonistas más bien ridículos a simple vista. Esto quizá los haga un poco menos, pero tampoco sería muy taxativo en este punto.

Vayamos por partes. Primero destacar que lo que ahora provoca risa o chanza, en la época que hemos comentado podría provocar auténtico pánico. Segundo: hoy en día te ocurre algo a escasos metros de distancia y a no ser que sea la explosión de una bomba atómica, casi ni giramos la cabeza. En los años de los que hablamos hasta el zumbido de una mosca ya era peligroso. En tercer y último lugar la importancia que tenían los mitos y ritos religiosos por el estigma que te caía encima, cuando hoy en día si una secta quiere triunfar tiene que ofrecer hasta fibra óptica con gran ancho de banda.

Insisto en estos puntos para justificar la sensación que tenemos al visionar esta buena película. Casi con seguridad sonreiremos al ver las primeras imágenes, sobre todo de unas relaciones personales que nos parecen peculiares.

Mak es un soldado que es herido en pleno combate, aunque éste parezca de mentirijilla. Él y sus compañeros vuelven a casa, hospedándose en el hogar de Mak y su mujer Nak, que se quedó allí embarazada y que, según se rumorea en la aldea, se convirtió en fantasma al dar a luz.

Pee Mak se mueve como pez en el agua entre el terror y la comedia, consiguiendo, en esta última acepción, unas divertidísimas escenas que hacen que pasemos directamente a la carcajada. Su originalidad radica en que es un humor directo, sin nada de ironía, cosa a la que cuesta acostumbrarse. Estoy seguro que una vez digerida elevará su, ya de por sí, excelente nota. Destacar asimismo que logra poner el miedo en el cuerpo, casi sin querer y muy sutilmente. Hay que tener en cuenta que es la película más taquillera de Tailandia en toda su historia. Esto conlleva algo de comercialidad que no desmerece para nada el resultado final.

Estamos por tanto ante un gran guión, en este caso tricéfalo, que hace que los, en principio excesivos 115 minutos, se hagan cortos. Entre sus autores tenemos a Banjon Pisanthanakun, su director, uno de los autores de la celebérrima Shutter. La amenidad de la que hace gala, es mérito también de las interpretaciones. Aunque parezcan un poco excesivas, tienen el ritmo adecuado y dibujan a unos personajes divertidos y muy humanos, destacando en particular a la pareja protagonista, Mario Maurer y Davika Hoorne. Otro de los puntos a destacar es la cuidada producción y escenografía, así como la excelente fotografía obra de Narupon Sohkkanapituk.

Para finalizar deciros que no hay que tener ningún reparo en degustar este tipo de films, seguramente encontraremos muchas cosas positivas, aparte de que la distancia entre países cada vez es más pequeña. Solo queda disfrutarla. Es vuestro turno.

Firma: Josep M. Luzán.