When Animals Dream review


Título original: Når Dyrene Drømmer

Año: 2014

Duración: 84 min.

País: Dinamarca

Director: Jonas Alexander Arnby

Guión: Rasmus Birch

Música: Mikkel Hess

Fotografía: Niels Thastum

Reparto: Lars Mikkelsen, Sonja Richter, Jakob Oftebro, Gustav Dyekjær Giese, Stig Hoffmeyer, Mads Riisom, Sonia Suhl, Benjamin Boe Rasmussen, Tina Gylling Mortensen, Esben Dalgaard


Otra visión de los hombres lobo.

El largometraje es una producción danesa que, en palabras de su director durante la presentación, no trata sobre hombres lobo, sino que contiene un personaje que lo es. ¿Qué es a lo que se refiere? Pues básicamente a que lo que vamos a ver no tiene mucho que ver con las convenciones del género tal y como estamos acostumbrado a verlas, When Animals Dream es una especie de película intimista y estética amparada arropándose en un arco que tiende hacia el misterio y el terror de forma sutil.

Marie, de 16 años, vive en un pequeño pueblo de Dinamarca y sufre de una enfermedad degenerativa que la va convirtiendo en licántropa. Mientras va cambiando, ha de lidiar con su padre y su madre, inválida en una silla de ruedas. Los habitantes del pueblo, conocedores en parte del secreto de Marie, van cerrando el círculo alrededor de la familia para intentar acabar con su potencial peligro animal, desencadenando terribles consecuencias...

El punto más fuerte de la película es, sin duda, su soberbia dirección de fotografía (Niels Thastum). Los paisajes, los ángulos de la cámara y en general todo el despliegue visual de la cinta funcionan genial, todo acompañado por un decente apartado musical (Mikkel Hess).
Los actores cumplen con su cometido, nadie a destacar ni por encima ni por debajo de la media.

El problema de la cinta es que bebe demasiado de la genial Let Me In y esto se traduce en la práctica ausencia de momentos fuertes o violentos, sobre todo tratándose de una película con hombres lobo. Cuando se suceden las muertes, todas son fuera de cámara y rápidas, mientras que con el resto de secuencias y hechos, el director se recrea con estupendos primeros planos en cada acción ocurrida. Hubiera convenido un mayor equilibrio para sobrellevar el ritmo pausado de la historia, que aunque no es original funciona bien.

Sin duda, un placer para los ojos y los oídos en el que el contenido no destaca pero tampoco ofende.

Firma: Pedro P.