Viy 3D review


Título original: Viy 3D

Año: 2014

Duración: 127 min.

País: Rusia

Director: Oleg Stepchenko

Guión: Aleksandr Karpov, Oleg Stepchenko, Nikolai Gogol

Música: Anton Garcia

Fotografía: Vladimír Smutný

Reparto: Viktor Bychkov, Emma Cerná, Aleksey Chadov, Anna Churina, Charles Dance, Agnia Ditkovskite, Jason Flemyng, Anatoliy Gushchin, Igor Jijikine


Como cargarse una película en la sala de montaje.

El cine ruso nunca ha sido muy prolífico a la hora de exportar sus productos cinematográficos al resto del mundo, principalmente debido a su, por lo general, más que dudosa calidad. No es que sea horrible pero se nota una manera de hacer muy distinta a lo que serían los estandartes del cine más occidental, de la misma manera que el cine coreano, el africano o el sudamericano también tienen su estilo, pero el ruso, creo yo, es claramente inferior en general.

Jonathan Greene es un cartógrafo que está viajando por Europa y dibujando un mapa de los países del este. Por las cercanías de Kiev se cruza con dos monjes que le contarán su historia vivida en un pueblo cercano.

La historia de Viy 3D (su pronunciación sería algo así como Vía) se basa en un 50% en un cuento ucraniano de terror del siglo XIX, en el narra las peripecias (por no llamarlo torturas) que pasan tres monjes en su procesión hacía casa. En la película se usan estos elementos para empezar el argumento, pero la película va un paso más allá en la historia introduciendo la figura del británico Jonathan para profundizar y buscarle lógica a un argumento absolutamente loco en el que caben brujas, demonios, fantasmas y mucha droga.

La película todo y que cuando termina te deja con buen regusto es claramente fallida, como que para nada, le han sacado todo el jugo que podrían haber obtenido.
Es una película con un generoso presupuesto y se nota, efectos digitales bastante resultones y un 3D que, sin ser una maravilla, está bastante aprovechado en tres o cuatro momentos del largometraje. La banda sonora está realmente bien, es intrépida, aventurera y con una filarmónica para darle ese toque épico.
Las interpretaciones están, a su manera, bastante bien, y digo lo de a su manera porque no se tarda en apreciar otra técnica de interpretación y de gesticulación, como evidentemente también pasa en, por ejemplo, Italia, Francia o Asía en general, pero al ser un tipo de cine que al menos yo no tenía tan dominado pues me chocó al principio. Y eso es lo que les pasa a los dos actores británicos principales, Jason Flemyng (Lock & Stock, Stardust) y Charles Dance (Juego de tronos) que se ven un poco arrastrados por la extravagante interpretación del resto del elenco. Igualmente, Flemyng es el actor más inspirado de la película de lejos y se nota que se lo pasa genial.

¿Entonces qué es lo que falla? Interpretaciones aceptables, inmejorable ambientación, buena producción, abundante presupuesto, genial banda sonora... lo que falla es el montaje. No puede ser más caótico.

Es horroroso, te hace perder el hilo del argumento incontables veces, a menudo incluso varias veces en la misma escena. A la historia principal se solapan mini escenas de chistecillos, a menudo patéticos, que no aportan nada y que confunden, incluso hay algunas tomas necesarias para el argumento que se apañan en tres segundos, y si entiendes lo que ha pasado bien, y si no pues mala suerte. Luego hay varias escenas de flashback que cuestan mucho de entender puesto que no hay ningún tipo de transición entre tomas. No sabes si ves lo que está explicando un personaje o es algo que está ocurriendo en ese momento en otra parte.

Viy 3D habría podido ser una más que decente película de aventuras si los montadores se hubieran parado un minuto y se preguntarán que narices estaban haciendo. Al cine ruso le queda mucho trecho para ser tomado realmente en serio, y este habría sido un buen paso si se hubieran tomado una tila antes.

Firma: Oriol Hernández.