Love Eternal review


Título original: Love Eternal

Año: 2013

Duración: 94 min.

País: Irlanda

Director: Brendan Muldowny

Guión: Brendan Muldowny

Fotografía: Tom Comerford

Reparto: Robert de Hoog, Pollyanna McIntosh, Amanda Ryan


Más allá de la muerte.

La vida de Ian ha estado íntimamente relacionada con la muerte desde su niñez, al ver morir a su padre y a una compañera de escuela. Ya adulto, le resultará imposible entender el comportamiento humano. Ahogado en si mismo, tratará de encontrar su propio camino en la vida en intima relación con la necrofilia.

El inicio floral, al igual que el final nos descoloca y a la vez nos recuerda que la película es una adaptación de la novela japonesa Kei Oishi con el título original “In love with the dead”. Como desvela el título de la novela, el film trata como motivo principal la relación de Ian con la muerte en un estado de amor puro que escapa a lo que los seres humanos normales estamos acostumbrados a entender como amor.

El objeto principal del film es precisamente mostrar la evolución del personaje principal, haciendo un seguimiento de su vida y de su manera de interpretarla al más puro estilo “Hikikomori”, con la única referencia de un libro heredado y creado por su propia madre como biblia personal para el personaje.

El director Brendan Muldowny logra la fluidez de la narrativa en los noventa y cuatro minutos de metraje gracias a la magnífica y clara fotografía de Tom Comerford meritorio en un relato tan negro como este y de la peculiar banda sonora firmada por Bart Westerlaken, en una demostración continua de cómo potenciar momentos de autentica sátira y humor negro, con canciones que disfrutaremos e incluso tararearemos en la sala.

Momento de hablar del casting, reducido principalmente en cuatro papeles, tres de ellos femeninos, interpretados por Amanda Ryan, Emma Eliza y Pollyanna McIntosh de la que esperábamos mucho más protagonismo, pero que al igual que sus dos compañeras de reparto aparece escasos minutos, tomando todo el protagonismo y peso de la historia el actor Robert de Hoog que de menos a más va logrando una convincente interpretación en un depresivo personaje que juguetea continuamente con acabar con todo.

El momento más crítico lo encontramos en el final, bien cerrado en cuanto a definición y argumento, dando una posición clara por primera vez en toda la película al personaje de Ian, pero no por esto, exento de discusión entre el público más avieso.

Si queréis disfrutar de un drama Irlandés, lleno de momentos enigmáticos de humor negro con aroma a muerte, no dejéis escapar esta peculiar manera de amar. Por otro lado si pretendéis encontrar escenas duras o gore, que no os engañe el argumento, aquí no las encontraréis.

Firma: Gerard FM.