Insidious: Capítulo 2 review

Insidious: Capítulo 2 es otra muestra de que no hacen falta grandes presupuestos para realizar algo brillante. Su simplicidad, en todos los aspectos, hace que lo verdaderamente importante resalte por sí solo, sin edulcorantes ni colorantes. Solo tenéis que sentaros en la butaca y gozar con lo que aparece en pantalla. Se trata de acomodarse y cogerse al sillón también, puesto que los sobresaltos son continuos. Las escenas oníricas ganan con respecto a la primera, porque en mi opinión, se les quita las suaves pinceladas infantiles que contienen y se quedan más a lo bruto y sin pulir.

Título original: Insidious: Chapter 2

Año: 2013

Duración: 105 min.

País: Estados Unidos

Director: James Wan

Guión: Leigh Whannell

Música: Joseph Bishara

Fotografía: John R. Leonetti

Reparto: Patrick Wilson, Rose Byrne, Lin Shaye, Ty Simpkins, Leigh Whannell, Barbara Hershey, Steve Coulter, Angus Sampson, Andrew Astor, Hank Harris, Jocelin Donahue, Lindsay Seim, Danielle Bisutti, Tyler Griffin, Garrett Ryan, Tom Fitzpatrick


Brillante conexión con el más allá.

James Wan siempre ha sido un adicto al cine de terror. Lo ha demostrado sobradamente en su brillante carrera. No hace falta que mencione los títulos de los que es autor, los conocéis de sobra. Pero me voy a parar en Insidious. En su estreno, allá por el 2010, brilló con luz propia y provocó admiración por donde pasó. Su calidad y originalidad dejó pasmado a más de uno, entre los que me incluyo. Su continuación, de la que hablamos en estas líneas, no le va a la zaga, quizás haya personas que la cualifiquen más que su predecesora, yo no me atrevo a tanto.


Insidious: Capítulo 2 es otra muestra de que no hacen falta grandes presupuestos para realizar algo brillante. Su simplicidad, en todos los aspectos, hace que lo verdaderamente importante resalte por sí solo, sin edulcorantes ni colorantes. Solo tenéis que sentaros en la butaca y gozar con lo que aparece en pantalla. Se trata de acomodarse y cogerse al sillón también, puesto que los sobresaltos son continuos. Las escenas oníricas ganan con respecto a la primera, porque en mi opinión, se les quita las suaves pinceladas infantiles que contienen y se quedan más a lo bruto y sin pulir.

El guión de Leigh Whannell hace que el ritmo sea perfecto y que no decaiga la fiesta en ningún momento. No es para nada lineal, como podría parecer en un principio, nos da sorpresas, sustos en abundancia y una historia bien ligada, ¿quién puede pedir más?

Josh y Renai, junto con sus tres hijos, se mudan a la casa de la madre de Josh, Lorraine para empezar una nueva vida. Pronto se darán cuenta que algo sobrenatural les persigue. La ayuda de especialistas solo hará que desencadenar la aparición de las fuerzas del más allá.


Lo poco que nos queda por comentar son las interpretaciones. Siendo magnificas todas ellas, destacaría no obstante las de Patrick Wilson, comedido y desafortunado padre de familia; Rose Byrne, sufrida y abnegada esposa; Barbara Hershey atractiva abuela de la cual me declaro ferviente admirador y, naturalmente la veterana y maravillosa Lin Shaye, sin ella no hubiera sido lo mismo.

Una Obra, así con mayúsculas, para disfrute de todos los amantes del buen cine. Da en el clavo en todos sus planteamientos y no hablemos ya de su desarrollo. Para disfrutar de principio a fin. No os la perdáis.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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