Silent House review


Título original: Silent House

Año: 2011

Duración: 85 min.

País: Estados Unidos

Director: Chris Kentis, Laura Lau

Guión: Laura Lau (Basado en el guión de: Gustavo Hernández)

Música: Nathan Larson

Fotografía: Igor Martinovic

Reparto: Elizabeth Olsen, Adam Trese, Eric Sheffer Stevens, Julia Taylos Ross, Haley Murphy, Adam Barnett


Las personas tienen recuerdos. ¿Y las casas?, ¿tienen sentimientos?.

De todos es conocida la afición americana a realizar todo tipo de remakes. Estamos hablando de afición cuando quizás tendríamos que decir rentabilidad económica. De estos refritos hay unos con más éxito que otros, todo hay que decirlo. En la película que nos ocupa, no es difícil deducir que la obra original en la que se basa es La Casa Muda, original cinta uruguaya que se proyectó, entre otros y con mucho éxito, en el Festival de Sitges en la edición de 2010 y la cual tuvimos la oportunidad de disfrutar. Su modo de realización provocó, como mínimo, curiosidad. Estaba rodada en una sola toma y con una cámara de fotos. Algo realmente novedoso y sorprendente, además de estar inspirada en un hecho real ocurrido en Uruguay en los años 40.

Yo diría que es más una adaptación que un remake, puesto que la idea que tenemos de este último es la de una copia exacta del original, con otros actores y otras localizaciones naturalmente. En este caso tienen muchas cosas en común, tanto técnicas, como el hecho de estar filmada en una sola toma y que aparezca la famosa Polaroid, como de la historia, aunque es en este punto donde encontramos más diferencias. No sabemos si por el hecho de ser ahora una obra estadounidense, el guión es bastante más inteligible y claro. No estamos diciendo que sea mejor, pues en aras a conseguir esa claridad se pierde algo de frescura y sordidez. Pero no os preocupéis, los sustos están asegurados.

A los que no hayan visto La Casa Muda las premisas anteriores les pueden parecer muy interesantes, sin duda lo son, de hecho estamos diseccionando un film de terror puro y duro, en el que iremos descubriendo a base de sustos, una historia de una familia un tanto extraña. Ya habréis adivinado que, aunque no salga en los créditos, la casa es una de las protagonistas. Es enorme y tiene más puertas que un castillo medieval y, aparte del hall de entrada, muy pocas veces visitaremos la misma habitación. Espeluznante.

Una familia decide vender una enorme casa de campo, pero antes de abandonarla han de vaciarla de todo tipo de objetos personales y muebles. A tal efecto deciden pasar una noche en ella y así trabajar con comodidad al día siguiente. No hace falta decir que la noche en su interior se les hará muy larga.

Interesante adaptación de su homónima uruguaya, de la cual extrae los conceptos básicos para transformar la historia un poco al gusto americano. La dirección ex aequo de Chris Kentis y Laura Lau se nos antoja de acompañamiento, es decir, se limitan a no molestar en el desarrollo de la cinta. En otras palabras, no aporta nada nuevo. El mérito de esta película, a mi parecer, se apoya en dos pilares. Por un lado la excelente interpretación de Elizabeth Olsen en el papel de Sarah, realmente magnífica puesto que refleja magistralmente la angustia, dando al final un vuelco espectacular en la interpretación que nos dejará con la boca abierta. Por otro lado tenemos la extraordinaria fotografía de Igor Martinovic. Juega como quiere con la luz, todo ello dentro de un escenario claustrofóbico y difícil como es una casa con unas habitaciones de un tamaño realmente reducido, y decimos que son así puesto que la cámara, de manera muy efectiva, nos las muestra enteras, con giros espectaculares y movimientos precisos. Comentar brevemente que, tanto en la cinta uruguaya como la que nos ocupa, hay un momento en el que la imagen queda totalmente a oscuras, ya sé que ahora sospecháis de algo, ¿es un truco de relax técnico?, algún día lo sabremos. El guión es bastante bueno, puesto que las modificaciones introducidas nos conducen a una historia escabrosa y muy coherente. Quizás peque un poco de blando, pero sobre esto habrá, seguramente, diferentes opiniones. La música también ayuda a subliminar los momentos de tensión. Podríamos decir que es escasa y la clásica de este tipo de cintas.

Os encontraréis al visionar esta película con un producto muy bien acabado. Os meteréis dentro del cuento rápidamente, simplemente os tenéis que dejar llevar, tanto si habéis visto la original como si no. Os garantizamos que pasaréis miedo. ¿De eso se trata no?

Firma: Josep M. Luzán.