Piraña 3D review


Título original: Piranha 3D

Año: 2010

Duración: 89 min.

País: Estados Unidos

Director: Alexandre Aja

Guión: Alexandre Aja, Josh Stolberg, Pete Goldfinger, Grégory Levasseur (Remake: John Sayles)

Música: Michael Wandmacher

Fotografía: John R. Leonetti

Reparto: Elisabeth Shue, Adam Scott, Ving Rhames, Richard Dreyfuss, Jerry O'Connell, Christopher Lloyd, Ricardo Chavira, Dina Meyer, Steven R. McQueen, Jessica Szohr, Kelly Brook, Riley Steele, Paul Scheer, Brooklynn Proulx, Eli Roth

Salvajada impresionante. No se te ocurra bañarte en el lago oscuro.

El remake del clásico ochentero de Joe Dante, Piranha (1978), sucede esta vez, a orillas de una animada población turística, llena de carne joven muy apropiada para alimentar a unos voraces pececillos, que literalmente se ponen las botas. Alexandre Aja aplica otra vuelta de tuerca al film antes mencionado, para mostrarnos ahora, a una antigua especie de piraña prehistórica surgida desde el abismo de los tiempos, mucho más grande y voraz que sus antecesoras.

La filmografía de Alexandre Aja cuenta en su haber con películas consideradas por muchos de culto, como la salvaje Alta Tensión (2003), o la enfermiza Las Colinas Tienen Ojos (2006), ambas por méritos propios, grandes obras del cine de terror. Piraña 3D, no por ser una propuesta más comercial, es por ello menos brutal y el paroxismo generado en el gran ataque final dentro de las tranquilas aguas del lago, puede calificarse de demencial. Los efectos de maquillaje son espectaculares y la procesión de personas con los miembros parcialmente devorados, es prácticamente interminable. Asimismo las imágenes del todo explícitas, no dejan nada a la imaginación del espectador y revolverán las entrañas del público más endurecido.

Elisabeth Shue y Adam Scott, ambos actores de dilatada experiencia, realizan un trabajo bastante meritorio, contando además con la presencia de Richard Dreyfuss, que interpretando un pequeño papel, aportan ese “plus” de celebridad, otorgándole a la película un marcado aire de gran superproducción. El guión cumple punto por punto con la premisa marcada en este tipo de películas, resultando en todo momento sobradamente predecible.

La vida es fantástica en la ribera del lago Victoria, vacaciones, juerga, desenfreno y sobretodo, sexo, mucho sexo. Todo es pura alegría y diversión. Hasta que, debido a un pequeño terremoto en el fondo del lago, una extraña especie de piraña prehistórica emerge de las profundidades, con la firme intención de devorar a todo aquel que se encuentre en ese momento bañándose en el agua.

Divertida cinta de terror sin más pretensión, que la de intentar hacer pasar un buen rato a la concurrencia, gracias sobre todo al realismo de las escenas de acción y a la gran aportación de fluido vital de la que hace gala.

Firma: Sergio Bosch.