Tucker & Dale vs Evil review


Título original: Tucker & Dale vs Evil

Año: 2010

Duración: 89 min.

País: Canada

Director: Eli Craig

Guión: Morgan Jurgenson, Eli Craig

Fotografía: David Geddes

Reparto: Tyler Labine, Alan Tudyk, Katrina Bowden, Jesse Moss, Philip Granger, Brandon Jay McLaren, Christie Laing, Chelan Simmons, Travis Nelson, Alex Arsenault, Adam Beauchesne.


Película terroríficamente cómica o película cómicamente terrorífica. De las dos exposiciones yo me quedaría con la primera aunque no muy lejos de la segunda. Todo este lío viene dado por lo estrambótico de la cinta. Es como un extraño cocktail de adolescentes insaciables, freakies hechos a medida, casas solitarias en medio del bosque, policías sin mucho ingenio y una historia de amor juvenil. Parecería que de todo esto no pueda salir nada bueno, en cambio, el resultado tiene cierto aire kitsch muy de agradecer. La parodia, el mofarse de uno mismo es, en cierta medida, una cura contra el hazmerreír. Esta cinta se tambalea siempre en esa débil frontera entre la genialidad y el ridículo. Un equilibrio difícil de mantener si no eres un genio en realidad.

Un grupo de jóvenes universitarios, con la mochila de los prejuicios a rebosar, se dirigen a pasar unos días en los bosques de Virginia. Por otro lado tenemos a dos amigos, un poco freakies, que se dirigen, también a los bosques de Virginia, a pasar las vacaciones y a pescar en una cabaña que ha comprado uno de ellos, Tucker, y que está más solitaria que la urbanización de Paco el Pocero. El primer y apoteósico encuentro entre los dos grupos se produce en una gasolinera. Más tarde, se vuelven a encontrar en pleno bosque, y un contratiempo hace que los acontecimientos se desaten. Accidentes de todo tipo, muy graciosos la verdad, provocan la muerte de casi todos los jóvenes. Mientras tanto una historia de amor se va desarrollando entre uno de los freakies, Dale, y una de las jóvenes, Allison.

Divertida, muy divertida, a ratos desternillante, con situaciones que, aunque muy previsibles, provocan hilaridad. Magnífico guión, con todos los estereotipos que se quieran y más, pero muy bien estructurado y sin complicaciones. Efectos especiales un tanto chuscos pero efectivos, con sutiles pinceladas gore.

Si vas a verla sólo para pasar miedo, saldrás con mal de estomago de la risa. Si por el contrario sólo vas al cine a reírte, quizás salgas también con mal de estomago, pero de asco. Pues eso, al final no sabes si es una genialidad o un monumental ridículo, lo único que sabes que te lo has pasado bien. Eso puede ser un consuelo.

Firma: Josep M. Luzán