In the Trap review

Philip vive en una jaula dorada a la cual podríamos considerar mansión. Su alma se encuentra encerrada y torturada por un ente desconocido, el cual se ha empeñado en privarle de su ansiada libertad.

Título original: In the Trap

Año: 2019

Duración: 90 min.

País: Italia

Director: Alessio Liguori

Guion: Daniele Cosci

Música: Massimiliano Mechelli

Fotografía: Luca Santagostino

Reparto: Jamie Paul, Sonya Cullingford, Miriam Gallanti, Delena Kidd, David Bailie, Robert Nairne, Paola Bontempi, Jude Forsay,


Oscura aproximación a la locura.

Jugar el equívoco es una de las opciones que todo cineasta tiene a su alcance para intentar realizar una obra potente. Alessio Liguori pone en escena un guion obra de Daniele Cosci, el cual busca un poco eso. De inicio nos encontramos con la clásica película sobre exorcismos, lo cual no está nada mal, a pesar de la infinidad de títulos aparecidos sobre todo con posterioridad a la obra maestra El Exorcista (The Exorcist. William Friedin, 1973). Esa idea inicial se va desvaneciendo conforme avanza la cinta en una historia que nos lleva por los caminos de la locura.


Philip vive en una jaula dorada a la cual podríamos considerar mansión. Su alma se encuentra encerrada y torturada por un ente desconocido, el cual se ha empeñado en privarle de su ansiada libertad.

Estamos ante una producción intimista que no por ello deja de ser aterradora sin abusar demasiado de los sustos fáciles. De todas maneras y a través de su buena banda sonora, nos va dando avisos cuando llega lo más truculento, cosa que la lleva a ser considerada como cine de terror clásico, con todo lo bueno y lo malo que ello comporta. Sorprende un poco que moviéndose por esos derroteros nos brinde un final que, por calificarlo de alguna manera, sería de interpretación libre. Esto puede que a un tipo de público le guste, habrá otro, no obstante, que reniegue de esa libertad. Si ese era el objetivo, perfecto, en caso contrario criticar algo esa falta de definición que deja un regusto de frialdad.

Una de las cosas que todo buen observador se percata es la extraña y casi única localización. Su parquedad y simpleza tirando a ochentera, aunque esté rodada en la actualidad, hace que sin darnos cuenta estemos atentos a lo que ocurre en pantalla de manera malsana. Destacar por lo tanto, el tono oscuro de la fotografía, obra de Luca Santagostino. Le va un poco en contra también la falta de alguna situación cómica, o que por lo menos nos haga sonreír. En resumen, su seriedad castiga excesivamente un tema ya de por sí truculento.

La música de Massimiliano Mechelli, como hemos comentado antes, recuerda cintas pretéritas del cine de terror, llevándonos de la mano en el recorrido de un film que necesita como el comer una banda sonora potente.


Vamos con las interpretaciones. Encabeza el reparto Jamie Paul (Black Mirror, episodio Palytest) en un papel al cual sabe dar un toque dramático bastante interesante además con alguna que otra referencia cinematográfica. Le siguen Sonya Cullingford, Miriam Gallanti y David Bailie en los papeles principales.

Para finalizar decir que estamos ante un film de entretenido visionado que se aparta bastante de lo que estamos habituados a ver. Esa personalidad propia lo hace muy atractivo, sin alejarse de lo más clásico del terror.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan