Blood Quantum review

La reserva india se ha convertido en el único lugar de refugio frente al brote zombie ya que, por alguna razón son inmunes a la plaga. Pero a lo que no son inmunes es a las rencillas entre los supervivientes, que pueden hacer caer el refugio.

Título original: Blood Quantum

Año: 2019

Duración: 96 min.

País: Canadá

Director: Jeff Barnaby

Guion: Jeff Barnaby

Música: Jeff Barnaby, Joe Barrucco

Fotografía: Michael St-Martin

Reparto: Michael Greyeyes, Elle Máija Tailfeathers, Forrest Goodluck, Kiowa Gordon, Olivia Scriven, Stonehorse Lone Goeman


Una serie de zombies comprimida en 90 minutos.

¿Qué se puede decir sobre el mundo de los muertos vivientes? Que cada vez tiene menor margen de maniobra y que rara es la película que no recuerde a otra. Película tras película, las “X” marcan distintas alternativas: ¿zombies rápidos o lentos? ¿Zombies en ciudad o en pueblos? ¿Zombies de productora Major o independiente? Vale, podemos decir que con Blood Quantum tenemos una nueva categoría…

La reserva india se ha convertido en el único lugar de refugio frente al brote zombie ya que, por alguna razón son inmunes a la plaga. Pero a lo que no son inmunes es a las rencillas entre los supervivientes, que pueden hacer caer el refugio.

Jeff Barnaby es el director, guionista y músico, entre otros papeles, de Blood Quantum, que añade una nueva categoría al mundo de los muertos vivientes: Los nativos canadienses; Barnaby es un nativo de la tribu Mi’Kmaq que nació y creció en la reserva Listuguj, por ello la película retrata un mundo que conoce a la perfección: el de la convivencia.

A pesar de su duración estándar, Blood Quantum arrastra un problema desde el principio: quiere abarcar más de lo que puede y, por ello, el espectador tiene la impresión de estar viendo un spin off de The Walking Dead ambientado en los años 80, realmente estar situada en este tiempo es una excusa para que la información acerca del brote vaya con lentitud. En esta hipotética serie de zombies, el primer tercio de Blood Quantum sería el piloto ya que presentan la reserva india, el principio del brote, los personajes principales y cómo de oscuro se presenta un futuro repleto de zombies. En el segundo tercio nos encontramos en la midseason cuando surgen conflictos entre personajes mientras los nativos – que por alguna razón son inmunes al contagio zombie – se dedican a rescatar a los no nativos; el tercer y último tercio seria la season finale con un final más o menos cerrado pero que, llegado el momento, valdría como presentación de un nuevo escenario.

Blood Quantum va de más a menos ya que en el primer tercio, Jeff Barnaby es capaz de medir el ritmo y el brote zombie se desarrolla al mismo tiempo ante los protagonistas y los ojos del espectador, pero cuando entramos en los siguiente “capítulos” ya empiezan los problemas: vale que los nativos canadienses son los únicos inmunes a la plaga, pero de eso a que los no nativos sean una banda de corderos incapaces de defenderse… Aquí Barnaby comete un error, que crece exponencialmente al mismo tiempo que los conflictos entre personajes: por enésima vez surge el síndrome de George A. Romero ya que los zombies son malos, pero los humanos son peores que los muertos vivientes. Oh no, ¿cuántas veces más habrá que pasar por este camino? En el “capítulo final” las ideas se han acabado, solo queda rematar antes de la siguiente temporada pero se hace eterno debido a una música dramática – muy poco inspirada - que ayuda poco o nada, y a un alargamiento innecesario de los conflictos.

Sorprenden agradablemente los estallidos de gore a lo largo del metraje, la presencia robusta de Michael Greyeyes y esas pequeñas ideas repartidas a lo largo de Blood Quantum, por lo demás la película solo ayuda a poner una nueva “X” en la encuesta: ¿Zombies Nativos/Zombies no Nativos?

Firma: Javier S. Donate.

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