Ciclo rarezas en la Sala Gòtica del Festival terrorMolins 2019


Cinco películas de bajo presupuesto que demuestran, una vez más, que no es el dinero lo que hace mejor o peor una obra, tampoco es lo que le resta credibilidad ni lo que la hace más o menos disfrutable. Remitámonos a los dos films, de entre los cinco, que tienen remake; más modernas, mejores efectos, más dinero, pero con resultados más que cuestionables que no pueden más que hacernos pensar en qué serian otros los números de muchos films, a su paso por taquilla, si no fuera por el exceso de medios e inútil pirotecnia.

Jaula sin techo (1973)
(The baby, Ted Post, 1973)

Una bizarrada grotesca y extraña pero a su vez increíblemente original e ingeniosa, que descoloca desde el principio hasta el sorprendente final, que mantiene un efectivo ritmo in cescendo, que incomoda aún hoy en día y a la que es imposible atribuirle género.

El hombre de mimbre (1973)
(The Wicker Man, Robin Hardy, 1973)

Una angustiante, turbia y malsana trama en la que se enfrentan el paganismo, representado por un magnifico Christopher Lee en el papel de Lord Summerisle, y el cristianismo, personificado por un también sobresaliente Edward Woodward como el mojigato Sargento Howie.

Martin (1978)
(George A. Romero, 1978)

Martin es un experimento atípico dentro de la filmografía de Romero y hará las delicias de todo aficionado al riesgo, así como a los que anteponen la sugestión de las imágenes a la acción.

La revolución de las ratas (1971)
(Willard, Daniel Mann, 1971)

Aunque a ritmo pausado la historia fluye sin resquicios manteniendo el suspense de principio a fin haciendo hincapié en el cambio psicológico que se produce en el inadaptado Willard.

Dementia (1955)
(John Parker, 1955)

Tan fascinante e hipnótica como turbadora sus imágenes evocan tanto al cine negro de bajo presupuesto de Edgar G. Ulmer como al expresionismo alemán y al surrealismo de Buñuel y Dalí (muy adecuado en la presente edición del festival).