The Father’s Shadow review

Dalva convive con padre, un trabajador de la construcción, y la hermana de este en una casa de extracción humilde. Con la exhumación del cadáver de su madre, Dalva se hará con una serie de posesiones que atraerán el espíritu materno al hogar.

Título original: A Sombra do Pai

Año: 2018

País: Brasil

Duración: 90 min.

Director: Gabriela Amaral

Guion: Gabriela Amaral

Fotografía: Barbara Alvarez

Música: Rafael Cavalcanti

Reparto: Nina Medeiros, Julio Machado, Luciana Paes, Rafael Raposo


Una dura mirada sobre el Brasil más desprotegido.

En el cine latinoamericano, llevamos años encontrando cintas que tratan el mundo de los niños atrapados en ambientes malsanos; el ejemplo más reciente es la multipremiada cinta de Issa López, Vuelven (Tigers Are Not Afraid) y, al igual que esta, la nueva película de Gabriela Amaral – a la que recordamos de interesante O Animal Cordial – baja su mirada al mundo infantil más desfavorecido con The Father’s Shadow.


Dalva convive con padre, un trabajador de la construcción, y la hermana de este en una casa de extracción humilde. Con la exhumación del cadáver de su madre, Dalva se hará con una serie de posesiones que atraerán el espíritu materno al hogar.

Las intenciones de Gabriela Amaral son buenas: jugar con la línea entre lo real y lo imaginario, entre lo mágico y lo cotidiano; la mirada de Alva, la protagonista, es la una niña que se mantiene alejada por el momento del mundo adulto y todos sus inconvenientes: el duro trabajo de su padre, siempre bajo la losa del despido, o como su tía utiliza la santería para que su novio desde hace años, Elton, se la lleve por fin consigo. Pero allá donde Issa López acertaba de pleno y la mezcla entre niñez, realidad, terror y fantasía conseguían un delicado equilibrio, en The Father’s Shadow no termina de funcionar y, a pesar de ofrecer buenos momentos, deja una sensación agridulce tras su visionado.

No es cuestión del trabajo de producción, ya que los escasos escenarios donde tiene lugar la historia cuentan mucho acerca del dinero – más bien la falta de este - la mugre y la dureza; tampoco es problema de la sucia fotografía de Bárbara Álvarez ni la sobria dirección que Amaral impone a su trabajo. No, los problemas que encontramos en la película vienen de un guion que quiere contar demasiado y se queda en tierra de nadie: si es una historia paternofilial con la presencia del fantasma materno, por qué añadir dos tramas – una que involucra a la tía de Dalva y otra a su mejor amiga en el colegio – que solo interrumpen la historia y el ritmo. Los saltos continuos del mundo infantil al adulto tampoco ayudan mucho, ya que así como Nina Medeiros, como Dalva, llena la pantalla y transmite mucho con una mirada, su padre en la ficción, Julio Machado, deambula por la cinta con un eterno rictus triste; si, vale, lo está pasando muy mal pero ello no impide que sea capaz de alterar su gesto un solo plano.


La falta de definición en el foco de la historia hace que The Father’s Shadow avance a trompicones y, por ello, todos los elementos de terror o fantasía pierden fuerza al no tener un protagonista claro. Lo más destacable de la cinta de Gabriela Amaral son los momentos donde se libera y deja que la fantasía tome control de la historia, el resto es agradable pero no llega a la altura necesaria para atrapar al espectador.

The Father’s Shadow es una película correcta y gustará a todos aquellos que busquen más contenido a las historias puramente fantásticas.

Firma: Javier S. Donate.