Liberté review

Unos años antes de la Revolución Francesa, un grupo de nobles es expulsado de la corte de Luís XVI. Buscan el apoyo de un legendario duque alemán, seductor y librepensador, para exportar a Alemania el libertinaje, rechazando toda moral y autoridad. Otro atractivo motivo es encontrar un lugar donde continuar sus juegos.

Título original: Liberté

Año: 2019

Duración: 132 min.

País: España

Director: Albert Serra

Guion: Albert Serra

Fotografía: Artur Tort

Reparto: Helmut Berger, Francesc Daranas, Catalin Jugravu, Theodora Marcadé, Baptiste Pinteaux, Laura Poulvet, Lluis Serrat.


Provocación llevada al límite.

Cuando uno se da de bruces con un film como Liberté tiene varias opciones, entre ellas abandonar todo esfuerzo por seguirla, desapareciendo de la sala de proyección o intentar sacar punta a un argumento, por decirlo en pocas palabras, nada convencional. Otra cosa sería dejarse llevar por unas imágenes provocadoras y disfrutar del momento. De todas ellas quizá esta última sea la más inteligente.


El hecho de ser una película inclasificable ni le quita ni le pone méritos. Podréis sentir asco, repulsión, terror. Os reiréis, miraréis hacia otro lado, odiaréis y amaréis a los protagonistas…, en fin todo un carrusel de sentimientos incrustados en sus más de dos horas de duración. Esto que en principio podría irle en contra, podríamos decir lo mismo de su ritmo, se convierte en un aditivo más desafiando la paciencia del espectador.

¿Lo que explica?, bueno eso es algo difícil de discernir. La trama es como una excusa para justificar una forma de contar una historia entre surrealista, demencial y caótica, pero conforme nos vamos adaptando a las imágenes que aparecen en pantalla, se torna en una broma muy seria.

Unos años antes de la Revolución Francesa, un grupo de nobles es expulsado de la corte de Luís XVI. Buscan el apoyo de un legendario duque alemán, seductor y librepensador, para exportar a Alemania el libertinaje, rechazando toda moral y autoridad. Otro atractivo motivo es encontrar un lugar donde continuar sus juegos.

Albert Serra firma una de sus mejores obras, podríamos decir la más madura. Su manera de rodar busca la provocación o quizá no, puede que sea su manera de entender el cine que, como ha venido demostrándose a través del tiempo, requiere pocas cortapisas. Es de aquellos directores que poco o nada les importa cualquier tipo de reacción o estudio de su obra. Puede que una de las preguntas capitales de todo esto sea ¿para quién hace cine?, nos imaginamos la respuesta y vosotros creo que también.

La manera cruda y para nada artificial de presentarnos la historia, hace que asistamos con unos ojos como platos a escenas súper largas en las que tienen lugar todo tipo de actos, con el sexo como telón de fondo. Pero no es un sexo atractivo o sensual, al menos en nuestra opinión. Planta la cámara en unos exteriores en los que vemos pasar el día y la noche, para que asistamos a escenas de sado, lesbianismo, voyerismo, pising y alguna cosa más.


Como habéis visto, todo un arsenal que, como inconveniente, hace que cueste seguir el hilo argumental. Pero ¿qué más da?, aferrándonos a lo dicho al comenzar, es mejor dejarse llevar.

Destacar que está rodada íntegramente en exteriores, concretamente en un bosque con unos árboles que parecen que tengan vida propia.

En cuanto a las interpretaciones, así como en la cinta en la cual se mezclan ricos y pobres, hermosos y feos, hombres y mujeres, amos y criados, el elenco está formado por actores famosos, técnicos convertidos en actores, aficionados encontrados gracias a las redes sociales, gente del pueblo del Sr. Serra, actores de teatro. Entre tanto barullo encontramos alguna que otra joya, como el antiguo galán Helmut Berger (El Padrino: Parte III, La Caída de los Dioses, Confidencias).

Estamos ante una obra peculiar, inclasificable y muy recomendable para desintoxicar la mente y el cuerpo de otras con pretensiosos mensajes. Sería todo un mérito si, después de todo lo expuesto, os arriesgáis a verla.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan