The Invocation of Enver Simaku review


Julien regresa a Albania con la determinación de esclarecer la razón por la que murió su esposa Ángela. Para ello cuenta con la colaboración de todo tipo de personajes de la población albanesa de la actualidad que a través de oscuros registros audiovisuales, archivos policiales y visiones del más allá intentan ayudar a su comprensión, hasta que el miedo libere el terror nuevamente.

Título original: The Invocation of Enver Simaku

Año: 2018

Duración: 106 min.

País: España

Director: Marco Lledó Escartín

Guion: Marco Lledó Escartín.

Música: Manu Ortega

Fotografía: María Santolaria

Reparto: Julien Blaschke, Antonio de la Cruz, Tinka Kurti, Viktor Zhusti, Paula Baixauli Margarita Xhepa, Laertis Vasiliou


Miedos ancestrales en un terrorífico cuento.

Tras reponernos del susto inicial de volver a visionar otra cinta found footage, nos acercamos con curiosidad a un producto que mezcla esto último, por suerte en pequeñas dosis, con un documental dramatizado. El cambio no nos ha acabado de convencer ya que no profundiza excesivamente en un género, el documentary, que ha dado grandes títulos y en el cual han participado grandes cineastas como por ejemplo Martin Scorsese con obras del calibre de My Voyage to Italy (1999) y No Direction Home (2005), y Jonathan Demme en sus ya celebres films acerca de un genio como Neil Young.


Suponemos que Marco Lledó Escartín no pretendía tanto ya que se queda a medio camino entre lo comentado anteriormente y una burda dramatización que tiene como telón de fondo posesiones satánicas provenientes de la siempre "electrizante" Albania.

Julien regresa a Albania con la determinación de esclarecer la razón por la que murió su esposa Ángela. Para ello cuenta con la colaboración de todo tipo de personajes de la población albanesa de la actualidad que a través de oscuros registros audiovisuales, archivos policiales y visiones del más allá intentan ayudar a su comprensión, hasta que el miedo libere el terror nuevamente.

Extraño film con una difícil digestión. A eso no ayuda para nada un ritmo algo lento y unas escenas cargadas de nostalgia rural, por cierto muy bien conseguidas. Pero no solo de escenografía vive el cineasta. Eso, con ser muy importante, no tapa lo verdaderamente importante como puede ser una buena historia. Y aquí nos encontramos con algo que hemos visto infinidad de veces, aunque utilice otros nombres sacados de la iconografía local, que dicho sea de paso, tampoco difieren mucho de lo que estamos habituados a ver en este tipo de films.

Llama la atención la acertada mirada acerca de un país perfectamente desconocido hasta 1991, año de creación de la actual República de Albania. ¿Antes?, pues un oscuro periodo que parte en 1944 con la creación de una democracia popular socialista, bajo el liderazgo del dictador Enver Hoxha. No creo que sea del interés de todo el mundo, pero es de agradecer el empeño en mostrarnos un país que si os ponemos un mapa ciego no sabríais ni donde está.

En el apartado técnico nombrar la fotografía a cargo de María Santolaria. Tiene la suerte de rodar en exteriores casi vírgenes, de los cuales más de un especulador soñaría con hacer un resort.


En las interpretaciones personajes oscuros, pero con algún que otro bagaje detrás, como por ejemplo Antonio de la Cruz, sin ser el protagonista. Este papel recae en Julien Blaschke que también presta su voz en off en todo el metraje. Del resto destacar a Paula Baixauli y las veteranas Tinka Kurti y Margarita Xhepa.

Ideal para todo aquel que ame los films novedosos con un trasfondo histórico. Quedará encantado. El resto de los mortales puede que tengan miles de alternativas.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan