Elizabeth Harvest review


Elizabeth llega después de su boda a la magnífica finca propiedad de su marido Henry, un notabilísimo y reputado científico. Éste le comenta que todo lo que puede ver y tocar le pertenece excepto lo que se encuentra detrás de una habitación cerrada. La soledad y el aburrimiento hacen el resto para que Elizabeth decida investigar por su cuenta.

Título original: Elizabeth Harvest

Año: 2018

Duración: 105 min.

País: Estados Unidos

Director: Sebastian Gutierrez

Guion: Sebastian Gutierrez

Música: Faris Badwan, Rachel Zeffira

Fotografía: Cale Finot

Reparto: Abbey Lee, Ciarán Hinds, Carla Gugino, Matthew Beard, Dylan Baker


Terror de diseño.

Tendremos que empezar a acostumbrarnos a esa nueva manera de hacer cine en la que la forma importa, tanto o más, que el fondo. Ejemplos tenemos a raudales empezando por The Neon Demon (Nicolas Winding Refn, 2016), no solo por la participación de la siempre enigmática Abbey Lee, sino por la manera técnicamente perfecta de plasmar las imágenes en la pantalla. No nos olvidamos de la más reciente Holiday (Isabella Eklöf, 2018) que va por el mismo camino.

El contenido parece que sea lo de menos, aunque en mi opinión, este tipo de films encierran historias más o menos escabrosas dependiendo del gusto de cada director, eso sí, presentadas en un envoltorio sumamente sugerente. En Elizabeth Harvest, Sebastian Gutierrez tira de un adinerado mad doctor para explicarnos algo que solo con nombrarlo ya empieza a sonarnos atractivo.


Elizabeth llega después de su boda a la magnífica finca propiedad de su marido Henry, un notabilísimo y reputado científico. Éste le comenta que todo lo que puede ver y tocar le pertenece excepto lo que se encuentra detrás de una habitación cerrada. La soledad y el aburrimiento hacen el resto para que Elizabeth decida investigar por su cuenta.

Todo lo bueno y lo malo del tipo de cine que hemos mencionado con anterioridad, se ve reflejado en esta película. En la parte más positiva la sucesión de unas imágenes perfectamente estudiadas y en las que nada se ha dejado al azar. Por otro lado el guion va dando tumbos sin llegar a clarificarnos el porqué de algunas situaciones. Estos saltos, voluntarios o no, hacen que llegado un momento nos los tomemos todo a guasa. Perdonando esto, nos queda una historia bastante resultona y original, con vuelta de tuerca incluida.

Es de aquellas cintas que quedan bien en cualquier tipo de acontecimiento cinematográfico. Esta ambivalencia le va un poco en contra puesto que entre el público habrá un sector que reclame algo más de contundencia, no solo por la aparición o no de imágenes truculentas, sino por como se explica la historia en sí misma, algo light y exenta de fuerza narrativa.

Como hemos comentado el apartado técnico es de destacar, empezando por la fotografía a cargo de Cale Finot y acabando por los departamentos de arte y diseño de la producción en un alarde de riqueza visual.


El film se apoya firmemente en las interpretaciones. Empezamos por Abbey Lee que ya dio muestras de su poder de encandilar a la cámara en la mencionada The Neon Demon, de hecho, sin ser la protagonista principal, acaba siendo uno de los iconos del largometraje. Seguimos con el secundario curtido en mil batallas Ciarán Hinds. Completan el reparto, en unas buenas interpretaciones, Carla Gugino, Matthew Beard y Dylan Baker.

Ya estáis avisados, si os gustan las películas para quedaros embobados pero que al final no sabéis muy bien donde encajarla, no debéis dejar de verla, disfrutaréis de algo muy potente visualmente si lográis abstraeros del fondo.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan