Sensoria review


Título original: Sensoria

Año: 2015

Duración: 81 min.

País: Suecia

Director: Christian Hallman

Guión: Christian Hallman, Måns F.G. Thunberg

Música: Haim Frank Ilfman

Fotografía: Janssen Herr

Reparto: Lanna Ohlsson, Norah Andersen, Alida Morberg, Linnea Pihl


Una historia de fantasmas soporífera y del todo previsible.

Caroline se traslada a un viejo apartamento con la intención de comenzar una nueva vida. Ella hará todo lo posible por adaptarse al pintoresco vecindario que parece encerrar algún siniestro secreto. Con el paso de los días, una serie de sucesos inexplicables darán a entender a la mujer, que no vive tan sola como creía.

El debut de Christian Hallman en la ardua tarea de dirigir un largometraje, demuestra ganas de hacer algo de cierta relevancia aunque, por desgracia, se queda en el intento. Dejando a un lado las evidentes limitaciones de presupuesto, se echa en falta una mayor capacidad a la hora de transmitir sensaciones. Si hay que destacar alguna, sería la indiferencia. Sensoria se autodefine como un thriller psicológico que llega dispuesto a ofrecer momentos de auténtico horror  y vuelvo a insistir, se queda en el intento.

Una puesta en escena triste y melancólica donde la soledad inunda toda la proyección es, quizás, el punto más fuerte del film. El argumento comienza en un edificio donde tuvo lugar una sórdida historia de muerte en familia. De forma muy lenta la trama avanza y ofrece algún que otro susto, completamente ineficaz y mil veces visto, para llegar a la parte final y brindarnos un mini giro de guión, que se ve venir una hora lejos. Tampoco los personajes se muestran demasiado elaborados y no consiguen la tan necesaria, empatía con el espectador.

Lanna Ohlsson como Caroline, en el papel de protagonista, intenta hacer un buen trabajo dentro de las limitaciones de su personaje y lo consigue en gran medida. También la joven actriz Linnea Pihl realiza una labor convincente y muy natural. El resto de secundarios se manifiestan con más o menos acierto. Como el típico vecino que aparece de vez en cuando, con la firme intención de intimidar y produce más risa que otra cosa.

Se perciben los anhelos puestos en este humilde proyecto, pero hace falta algo más para que una película de terror consiga producir eso, terror. Si hay algo a destacar serían su melancólica atmósfera y la profunda música de Haim Frank Ilfman. Es adecuada y ayuda a crear una innegable sensación de tristeza. Por lo demás, totalmente olvidable y prescindible. Sólo queda desearle al realizador más acierto para sus próximos proyectos.

Firma: Sergio Bosch.