The Demolisher review


Título original: The Demolisher

Año: 2015

Duración: 85 min.

País: Canadá

Director: Gabriel Carrer

Guión: Gabriel Carrer

Música: Glen Nicholls

Fotografía: Martin Buzora

Reparto: Ry Barrett, Tianna Nori, Jessica Vano, Duncan McLellan, Bruce Turner, Rich Piatkowski, Gerrit Sepers, Andrew Bussey, Owen Fawcett, Duane Frey, Reese Eveneshen, Ashley Awde


Una historia urbana de venganza.

Cuando uno está viendo una película y desde el primer minuto ya se queda enganchado, es que, como mínimo, tiene ritmo. En The Demolisher este es constante, dando la impresión que ese continuo impacto visual quiera tapar algún que otro defecto en el guión en cuanto a la consistencia de la historia. Tiene cierto aire a video clip, sin que esto sea peyorativo. A esta aseveración contribuye la excelente banda sonora obra de Glen Nicholls. Machacona como pocas, nos va dando martillazos sonoros a través de sintetizadores y otros artilugios de la música electrónica. Un acierto. Seguramente la cinta seria otra sin este aditivo.

De historias de venganzas hemos visto de todos los colores en el mundo del cine. Yo creo que es uno de los recursos favoritos de numerosos guionistas. Se sabe de antemano su buena acogida entre el público. En esta ocasión la motivación no es de las peores que hemos visto, pero a ver quién es el guapo que le dice a alguien que tiene a su esposa en una silla de ruedas, que lo suyo carece de importancia. La desmesurada reacción del vengador es lo que resulta chocante, sin dejar de ser atractivo y enigmático.

Bruce es un reparador de fibra óptica que vive atormentado al lado de su esposa Samantha, ex policía, que quedó parapléjica a causa de una operación contra una banda criminal. El ojo por ojo y diente por diente es llevado aquí hasta el extremo por parte de Bruce con una violencia salvaje.

Buen film de Gabriel Carrer que sin aportar nada nuevo al subgénero de las venganzas, consigue un producto muy atractivo a la vez que serio. Ese contraste entre diversión y seriedad llama la atención, puesto que sus casi inexistentes diálogos la hacen fría sin llegar a ser impersonal. A diferencia de lo que en principio se podría pensar, The Demolisher no es una película violenta aunque tenga detalles que se empeñen en demostrarnos todo lo contrario. Lo que enseña está justificado y no es gratuito. Nos lleva hacía otros derroteros como son la carga y tensión psicológica. El juego del gato y el ratón sería una buena manera de definirla. Esto mismo le va un poco en contra ya que si nos la tomamos como un juego, haber jugado desde el principio.

Ry Barrett, en su papel de Bruce, tiene mucha culpa de que todo llegue a buen puerto. Compone un personaje martirizado que incluso cuando camina arrastra todo su desconsuelo y frustración. La idea de meterlo dentro de un peculiar disfraz, que recuerda vagamente al legendario Boba Fett de Star Wars, es de aplaudir. No es penséis, cuando se quita el casco todavía es peor. En cuanto a la parte femenina tenemos a Tianna Nori en su papel de Samantha y a Jessica Vano como Marie. Ambas cumplen sobradamente con unas sobrias interpretaciones.

Poco más que añadir. Aplaudir la valentía de Gabriel Carrer al abordar una obra de esta envergadura. Creo que el público lo sabrá agradecer en su justa medida.

Firma: Josep M. Luzán.