Poltergeist review


Título original: Poltergeist

Año: 2015

Duración: 93 min.

País: Estados Unidos

Director: Gil Kenan

Guión: David Lindsay-Abaire

Música: Marc Streitenfeld

Fotografía: Javier Aguirresarobe

Reparto: Sam Rockwell, Rosemarie DeWitt, Kennedi Clements, Kyle Catlett, Jared Harris, Nicholas Braun, Jane Adams, Saxon Sharbino, Susan Heyward, Soma Bhatia, Karen Ivany


Remake que consigue salir vivo.

De unos años a esta parte hemos tenido una autentica avalancha de remakes, secuelas indirectas, revisiones y un largo etcétera de refritos que no hacen más que señalar la crisis de ideas que impera en la industria cinematográfica. Y más doloroso es cuando estos productos son claramente inferiores a los trabajos en los que se basa, a veces por motivos emocionales y otras porque son, directamente, malos productos. Con el remake de Poltergeist ocurre algo curioso, la primera mitad falla bastante para dar paso a una segunda la mar de entretenida. Nunca llega a su nivel pero salva bastante los platos.

La familia Bowen está obligada a mudarse a una vieja casa por motivos económicos, no tardarán en experimentar episodios extraños que irán a más hasta llegar al secuestro de su miembro más joven.

Para empezar un apunte que nada tiene que ver con la película pero que me saco de mis casillas, hay una subtrama que involucra al padre de familia y sus problemas económicos al no conseguir trabajo y que les obliga a mudarse a esa casa. El problema es que no dejan de quejarse de su nuevo hogar cuando es un autentico CASOPLON de tres plantas con su terreno al que cualquiera de nosotros mataría por conseguirlo. Quizás es un problema de sociedad, del llamado “sueño americano” que no deja de insistir en el que nunca tienes suficiente y que siempre has de aspirar a algo mucho mejor. Vamos a enfocarnos en la película.

Poltergeist se divide en dos mitades, en la primera tenemos la presentación de personajes y los episodios paranormales que conducen a la desaparición de su hija. Los problemas que le vi son un exceso de ñoñería, una felicidad familiar que roza lo insoportable y todo lo que envuelve a los problemas económicos de los que he hablado en el párrafo anterior. Está plagada de referencias a la original, colocando elementos desperdigados como guiñándote un ojo y susurrando “sí, ya sabes lo que va a pasar”, pero cuando suceden siempre saben a poco. En la segunda mejora sustancialmente con la aparición de los científicos paranormales y de Carrigan Burke que es la versión Tangina del 2015. Aquí la película se vuelve muy entretenida calcando la película original añadiendo tecnología moderna que resulta ser bastante útil a la trama. Algunos elementos clásicos quedan obviados pero los aportes son bastante correctos. Muy buena la escena del armario y el taladro.

Dirige Gil Kenan (Monster House, City of Ember) en su primer trabajo de terror, se intuye que está algo obligado en el ritmo y sucesos de la historia, no obstante hace un gran trabajo de fotografía y logra hacerla dinámica aunque el 90% de la película ocurra en la casa. Gran trabajo de Marc Streitenfeld para la B.S.O, ambienta perfectamente las escenas de terror con sonidos electrónicos a la vez que melódicos. En el apartado interpretativo los más acertados son Sam Rockwell (Moon, La milla verde), como el padre de familia, y Jared Harris (Sherlock Holmes 2, Fringe), como el carismático medium. Con mención especial para la pequeña Kennedi Clements, que siendo tan joven logra un trabajo muy interesante a la vez que es adorable.

Me esperaba una película mucho peor de lo que me he encontrado, quizás si la primera mitad hubiera estado un poco más acertada y no se hubiera abusado tanto de los de sustos gratuitos y golpes de volumen estaríamos hablando de un remake que logra hacer sombra a la obra original.

Firma: Oriol Hernández.