Carrie remake review

El nuevo remake está dirigido por Kimberly Peirce, directora de Boys don’t cry. Poseedora de una gran sensibilidad para el drama aunque en esta ocasión, no logra crear como en su obra prima el dramatismo exigido, en una historia de rigurosa actualidad como es el bullying, centrándose más en los poderes psíquicos de la protagonista. Abultando y rellenando minutos de película en demostraciones de estos, prácticamente a modo de gags, casi como si de uno de los componentes de la patrulla X se tratara, restando explosividad al potente final de la original.

Título original: Carrie

Año: 2013

Duración: 100 min.

País: Estados Unidos

Director: Kimberly Peirce

Guion: Roberto Aguirre-Sacasa, Lawrence D. Cohen

Música: Marco Beltrami

Fotografía: Steve Yedlin

Reparto: Chloë Grace Moretz, Julianne Moore, Gabriella Wilde, Portia Doubleday, Judy Greer, Alex Russell, Zoë Belkin, Ansel Elgort, Samantha Weinstein, Karissa Strain, Barry Shabaka Henley, Demetrius Joyette, Cynthia Preston, Arlene Mazerolle, Karissa Strain, Evan Gilchrist, Eddie Max Huband, Tyler Rushton, Skyler Wexler


Moderna pero sin alma.

Realizar un remake, prácticamente calcado en lo que se refiere a escenas y guion sólo puede tener un objetivo cinematográficamente hablando, y es el de actualizar o modernizar una película antigua que ha envejecido mal y con este lavado de cara lograr que se vuelva a disfrutar entre nuevas generaciones de espectadores.


El problema viene cuando la película es Carrie de Brian de Palma del 1976, la cual es un icono dentro del género de terror y una película que a pesar de algunos efectos visuales y explosiones, se mantiene brillante y sorprendente como el año en que se proyecto por primera vez. Además hay que tener en cuenta que algunos de los temas en la película se entienden mejor y tienen más credibilidad si están ambientadas en los setenta que en la actualidad.

Lo más destacable es la gran aportación en la historia de Julianne Moore como Margaret White, la madre desquiciada y demente de la protagonista. Encarnada por la correcta escenificación de la niña de Kick-Ass, Chloë Grace Moretz como Carrie White. Difíciles ambos papeles por la alargada sombra de las actrices protagonistas en el film original Sissy Spacek y Piper Laurie las cuales deslumbraron y aterrorizaron a finales de los setenta a todos los espectadores.

El nuevo remake está dirigido por Kimberly Peirce, directora de Boys don’t cry. Poseedora de una gran sensibilidad para el drama aunque en esta ocasión, no logra crear como en su obra prima el dramatismo exigido, en una historia de rigurosa actualidad como es el bullying, centrándose más en los poderes psíquicos de la protagonista. Abultando y rellenando minutos de película en demostraciones de estos, prácticamente a modo de gags, casi como si de uno de los componentes de la patrulla X se tratara, restando explosividad al potente final de la original.

Cambiando el sentido de la novela de Stephen King donde los poderes psíquicos son una peculiaridad dentro de una historia de abusos y fanatismo religioso y no al revés.

En esta ocasión el guion de la adaptación del libro lo firma Roberto Aguirre-Sacasa con la colaboración del que realizo el guion de la original del setenta y seis Lawrence D. Cohen. Unión que da como resultado el americanismo y la división de clases económicamente hablando, que toma una repercusión en la historia que no logro llegar a entender y que convierte por momentos esta película de terror en una de humor para adolescentes universitarios.


La banda sonora propuesta por Marco Beltrami es acertada aunque echamos en falta la banda sonora original del maestro compositor Pino Donaggio.

Tenemos como resultado total un film que aunque no hace justicia a la original y no llega a ser comparable seriamente, se deja ver, resultando entretenida por momentos.

Firma: Gerard FM.
@tmagerard

🎬 VOD