Hard Romanticker review


Título original: Hâdo romanchikkâ

Año: 2011

Duración: 108 min.

País: Japón

Director: Su-yeon Gu

Guión: Su-yeon Gu

Música: Kaoru Wada

Fotografía: Hideyuki Mushû

Reparto: Shôta Matsuda, Kento Nagayama, Tokio Emoto


Una explosión total de ultraviolencia.

Hard Romanticker está basada en una novela escrita por el mismo director. Y el mismo afirma que la película es un poco autobiográfica, a palabras del propio director que afirma que creció en el barrio donde suceden los hechos, lo que nos cuenta son experiencias propias vividas y un poco el ambiente que le rodeo durante su juventud. Lo que como mínimo nos deja una sensación de inquietud. El nivel de racismo y de violencia mostrado es muy elevado. ¿Dónde empieza la ficción y donde realidad? Una cosa es segura, es que este film arroja un golpe de aire fresco al género yakuza. Que en los últimos años se podría decir que sus únicos exponentes eran los directores Takeshi Kitano y Takashi Miike, con su grupo de yakuzas old school. Cuarentones en chándal y con muy mala leche que se comunican a base de berridos. En parte Hard Romanticker recuerda a Crows Zero, la cual dirigió el mismo Takashi Miike. Pero rápidamente te das cuenta que el nivel de brutalidad, el nivel de violencia y el nivel de odio que desprende la cinta de Su-yeon Gu está muy por encima de la desenfadada obra de Miike.

Gu es un joven gangster mitad coreano mitad japonés que vive en Shimonoseki, Japón. Sus problemas empiezan cuando un miembro de su banda asesina por equivocación a la abuela de un jefe mafioso de la zona. Desde ese momento todo el mundo empezara a buscar a Gu, el cual se muestra algo indiferente a todo esto y continua expresándose como mejor sabe, a ostias con todo el mundo. Violencia, violaciones, venganzas, traiciones. El bajo mundo de los yakuzas se cebara de manera brutal contra Gu.

A partir de su propia novela, Su-yeon Gu se encarga de dirigir y escribir la adaptación al cine de la brutal, Hard Romanticker. La mayor virtud de su película es su salvaje violencia, pero no podemos confundirnos aquí, pese a que parece totalmente gratuita en algunos casos, personalmente pienso que es una crítica a la sociedad japonesa, y más concretamente a los mestizos coreo-japoneses que crecen en ambientes realmente hostiles. El mismo protagonista parece que solo conoce la violencia, se siente a gusto rodeado de ello y no parece importarle que sea mayor, menor, hombre o mujer. En la ley de la calle no hay distinciones. Aparte de tener un protagonista maravillosamente definido, gran parte de este merito es gracias a la genial actuación de Shôta Matsuda y a unos secundarios de lujo como Kaname Endo, Tokio Emoto o Kento Nagayama, unos jóvenes que demuestran que pueden ser más duros que el más experimentado de los yakuzas. Mención aparte merece su banda sonora, compuesta por Kaoru Wada, conocida por ser la responsable de poner música a animes tan destacados como Samurai 7, Ninja Scroll o Inuyasha. Gracias a una música que mezcla j-rock y ska, la cual recuerda a la usada en las Crows de Miike, logra darle un ritmo al film realmente genial. No decae ni un ápice en todo el metraje.

Si te gusta la acción, si te gusta la sangre, si te gusta la ultraviolencia, si te gustan las películas de mafia, de jóvenes con espíritu agresivo, si estas algo arto de lo que te ofrece Hollywood, si te gusta lo que hace Miike o Kitano. En definitiva, si te gusta el cine, debes verla. Una de las películas más violentas de los últimos años.

Firma: Omar Parra.