Kill List review


Título original: Kill List

Año: 2011

Duración: 95 min.

País: Reino Unido

Director: Ben Wheatley

Guión: Ben Wheatley, Amy Jump

Música: Jim Williams

Fotografía: Laurie Rose

Reparto: Neil Maskell, MyAnna Buring, Harry Simpson, Michael Smiley, Emma Fryer, Struan Rodger, Esme Folley, Ben Crompton, Gemma Lise Thornton, Robin Hill, Zoe Thomas, Gareth Tunley, Jamelle Ola, Mark Kempner, Damien Thomas, Lora Evans, Robert Hill, Rebecca Holmes


Impactante, trágica y desde luego muy incómoda.

Kill List es una de esas producciones que se estrenan de vez en cuando y que consiguen generar todo tipo de sentimientos contradictorios, menos la indiferencia. Desde el principio, la película se mueve de forma brillante por diferentes géneros, para acabar inmersa en el terror más macabro. Ben Wheatley como director y coguionista, ofrece una historia cruel, una trama enfermiza, de las que generan malestar al espectador. Con honestidad, el director retrata el drama personal de un ex militar con graves secuelas psicológicas, en la convivencia con su familia, que también pasa por serios problemas económicos. Y es que en Kill List todo está pensado para ofrecer una crónica oscura e inquietante, pero sin perder de vista la realidad en ningún momento.

Mediante un guión directo y adictivo, logra mantener la tensión a lo largo de todo el metraje y crea fundadas expectativas de que algo muy malo va a suceder de un momento a otro. Cierto es que muchas preguntas quedan sin responder cuando salen los créditos finales y la sensación de amargura que deja al concluir, es evidente. Por eso Kill List puede incluirse en ese escogido grupo de películas que no se olvidan con facilidad. Por otra parte, cabe destacar la excelente disposición de cámara en las escenas de acción. Están rodadas de forma trepidante, el objetivo siempre está situado en el mejor lugar para que nada escape a nuestra vista y muestra con todo lujo de detalles la notable labor de los efectos especiales. Lo cierto es, que las escenas gore son tremendas a la par que brutales.

Otro punto fuerte del film es un exhaustivo trabajo en la elaboración de los personajes que brinda la oportunidad de lucirse a los actores y éstos, a su vez, lo saben aprovechar al ofrecer interpretaciones a la altura de las circunstancias. Todo el elenco está formado por actores de experiencia contrastada. Destacable es la labor de Neil Maskell que se pone en la piel de Jay, el complejo protagonista. Con una gran naturalidad logra transmitir todos los matices que su papel necesita.

Las cosas no van del todo bien entre Shel y Jay. Su matrimonio hace tiempo que dejó de funcionar y además tienen una acuciante necesidad de dinero, ya que Jay no trabaja desde hace varios meses. Consciente de la situación, su amigo Gal le ofrece la posibilidad de ganar dinero rápido como asesinos a sueldo para una extraña organización. Jay no tardará en comprender que aceptar esa propuesta, no fue una afortunada decisión.

Impactante, trágica y desde luego muy incómoda. Un claro exponente del cine más retorcido de la actualidad que tendrá partidarios o detractores, pero seguro no dejará indiferente a nadie.

Firma: Sergio Bosch.