The Divide review

Mediante un argumento bien estructurado, la realidad insufrible de las personas que soportan el forzoso encierro, queda bien explicada y la posterior transformación psicológica de los personajes, es sutil a la par que demencial. Llenar más de dos horas de metraje, donde todo transcurre en un sótano nauseabundo, no es tarea fácil y gracias al guión escrito por Eron Sheean y Karl Mueller, la trama consigue no decaer en ningún momento. Al principio y de forma deliberada, los personajes se muestran muy estereotipados pero a medida que avanza la narración, cada uno de ellos evoluciona de manera diferente hacia la locura. Lo cierto es, que todos ellos acaban por perder cualquier atisbo de ética o integridad.

Título original: The Divide

Año: 2011

Duración: 122 min.

País: Estados Unidos

Director: Xavier Gens

Guión: Karl Mueller, Eron Sheean

Música: Jean-Pierre Taieb

Fotografía: Laurent Barès

Reparto: Lauren German, Michael Biehn, Milo Ventimiglia, Rosanna Arquette, Courtney B. Vance, Michael Eklund, Ivan Gonzales


Perturbadora, sórdida y enfermiza. Un ejercicio de crudeza visual.

La controvertida obra del director francés, exhibe un alto grado de degeneración humana al someterse a situaciones extremas y hace que el espectador se pregunte: ¿yo me volvería así bajo unas circunstancias similares? Xavier Gens muestra, sin ningún tipo de reserva, cómo un ser humano normal puede transformarse en una especie de monstruo. El aclamado realizador de la brutal Frontiers, regresa con la firme intención de poner enfermo al espectador desprevenido, maltratar a los personajes y por ello, la sensación de desasosiego resultante, es casi infinita. Está claro que la indiferencia no es el sentimiento que despierta esta producción, o gusta o se torna intolerable.


Mediante un argumento bien estructurado, la realidad insufrible de las personas que soportan el forzoso encierro, queda bien explicada y la posterior transformación psicológica de los personajes, es sutil a la par que demencial. Llenar más de dos horas de metraje, donde todo transcurre en un sótano nauseabundo, no es tarea fácil y gracias al guión escrito por Eron Sheean y Karl Mueller, la trama consigue no decaer en ningún momento. Al principio y de forma deliberada, los personajes se muestran muy estereotipados pero a medida que avanza la narración, cada uno de ellos evoluciona de manera diferente hacia la locura. Lo cierto es, que todos ellos acaban por perder cualquier atisbo de ética o integridad.

La mayor parte del elenco está a la altura, dando vida a personajes tan sumamente ingratos de interpretar. Por ejemplo, Rosanna Arquette caracteriza a una madre solícita que debido a las circunstancias, se entrega a la dejadez más absoluta. Michael Biehn, que ha trabajado en producciones tan notorias como Terminator o La Roca, representa al propietario del lugar, refugio de los supervivientes que allí conviven. También cabe destacar a Lauren German como la protagonista llamada Eva, nombre con más sentido del que cabría esperar, y que realiza un papel creíble y muy sincero.

En el apartado técnico, la fotografía llevada a cabo con maestría por Laurent Barès, recuerda algo a Frontiers (película en la cual también fue el encargado). Barès consigue que la sensación de confinamiento sea aún mayor y refleja con claridad extrema, la inmundicia y el deterioro del refugio utilizado. Por lo que respecta a la banda sonora, obra de Jean-Pierre Taieb, puede calificarse de excelente, es triste, sobria e incrementa el dramatismo en las escenas de manera soberbia. Evoca en parte, a la música de 28 Días Después, otra composición de gran calidad.


El temido holocausto nuclear se ha desatado, es preciso encontrar resguardo antes que la nociva radiación acabe exterminando toda forma de vida. Un grupo de ocho personas consigue refugiarse en un lóbrego sótano preparado para tal cosa. Poco a poco y debido a la imposibilidad de escapar del angosto cubil, el grupo irá envileciéndose hasta que la locura y la paranoia se apoderen de todos ellos.

Malsana y asfixiante película de terror que provocará marcadas sensaciones de desasosiego a la concurrencia. Los seguidores de Xavier Gens no quedarán decepcionados, ya que el director sigue fiel al feroz estilo que tan buenos resultados le ha dado. En conclusión, que el film sea considerado bueno o malo dependerá en gran parte de los gustos de cada espectador.

Firma: Sergio Bosch.

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